Gestión pasiva y activa de renta fija

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La gestión pasiva de renta fija tiende a indexar lo más perfectamente posible un determinado benchmark o índice de referencia, lo que hace muy difícil que los gestores superen la rentabilidad de los índices que replican.

Este tipo de gestión es la que se lleva a cabo en fondos garantizados y fondos con rentabilidad objetivo, que pueden a su vez cubrir el capital inicial o no. La composición de la estrategia de estos productos estructurados es la siguiente:

1) Cuando no cubren el capital, se pueden basar en una estructura de renta fija, en la práctica un bono cupón cero, o basarse en la venta de una opción, siendo un put con vencimiento al final (europea).

2) Si cubren el capital y es una estructura de renta fija también será un bono cupón cero. Si no, un derivado con la compra de una opción pudiendo tener vencimiento al final o un vencimiento con la media de los precios (asiática).

En cambio, la gestión activa en fondos de renta fija se produce cuando el gestor detecta y aprovecha las distintas ineficiencias que se producen en el mercado.

A partir de la selección de un benchmark, se marcan unas bandas de fluctuación por encima y por debajo de aquél que se controlan a través de la medición de distintos ratings. El gestor actúa estudiando las evoluciones de las curvas de tipo y los spreads que se puedan generar, así como gestionando el riesgo de crédito o las divisas, entre otros.

Se pueden aplicar criterios Top-Down viendo cómo afectan a las curvas de tipos, o bien estrategias Bottom-up observando qué emisores están infravalorados y aprovechar una subida. Para ello, parten de las calificaciones que hacen las agencias de rating cuando las compañías van a hacer emisones de deuda y ver si hay discordancias entre la calificación que éstas hacen y las que realiza el propio gestor sobre la compañía emisora.

 

Fondos de inversión: Proceso de Screening de los fondos

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Fondos de inversión Feelcapital

Antes de empezar con la selección por ratios, debemos incorporar las restricciones que ajustan nuestro universo de inversión. Básicamente, los fondos tienen que ser traspasables, con unos mínimos de patrimonio y con un mínimo de historia.

Una vez realizado el primer filtrado, se clasifican atendiendo a distintos criterios, que nos indicarán el buen o mal desempeño de los gestores. La filosofía que sirve de base para el proceso de selección de fondos se apoya en cuatro principios básicos:

El fondo tiene que ajustarse a su mandato y debe obtener un buen resultado en términos de rentabilidad ajustada al riesgo en el que incurre cuando construye la cartera.
Los gestores deben ser buenos a la hora de obtener rentabilidad al margen de lo que hagan sus índices de referencia: Tener de forma consistente retornos al margen de lo que obtenga el mercado.
Estar realizando un buen desempeño en los últimos trimestres. Aunque rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, las estrategias de momento en los mercados financieros están ampliamente contrastadas como buenas aproximaciones de obtención de excesos de rentabilidad. Numerosos activos tienen una apreciable inercia.

Por último, y no por ello menos importante, los fondos seleccionados deben ser atractivos por costes. Seleccionaremos aquellos fondos que tengan unos costes globales más bajos.
Para contrastar el grado de adecuación de los fondos a estos principios básicos se utilizan una serie de ratios:

– Para valorar el retorno ajustado a riesgo de un fondo de inversión.
– Para analizar la capacidad de generar retorno, independiente del movimiento del índice de referencia del mercado o generación de alpha.
– Para analizar el momentum.

Una vez calculados los ratios para los fondos de cada una de las familias, se realizará una tabla para cada uno de los criterios y se ordenarán de mayor a menor atractivo. En cada una de las tablas se da una puntuación a cada uno de los fondos, en función de la posición que ocupen de acuerdo con el ratio en cuestión (por ejemplo, al fondo con mayor ratio de Sharpe se le dará el valor 1, al segundo 2 y así sucesivamente…). Posteriormente, se agregarán todas las tablas para configurar la lista de fondos más atractivos de acuerdo con los distintos criterios. Los fondos que tengan una puntuación más baja serán los primeros.

Una vez que hayamos realizado este proceso, se tomarían los fondos que hay en el primer quintil para construir la cartera. El punto de corte del número de fondos a incluir en la cartera vendrá condicionado por el universo de fondos disponibles, que a su vez vendrá determinado no sólo por las restricciones iniciales de patrimonio mínimo, traspasabilidad y antigüedad, sino también por los importes que el inversor vaya a utilizar para la construcción de la cartera. Estos datos ya se habrían obtenido en apartados anteriores.