El fondo Medallion, un producto exclusivo para empleados y quants de Renaissance Technologies, es la mayor caja negra del mundo de las finanzas.
A casi 100 kilómetros al este de Wall Street, un trozo de tierra con forma de cola de ballena separa Long Island Sound y Conscience Bay. Las mansiones que hay aquí, con sus largas entradas para coches y sus vistas del millón de dólares, forman parte de un pueblo llamado Old Field. Los locales tienen otro nombre para estas avenidas fastuosas: la “Renaissance Riviera”.
Este nombre se debe a que los residentes más ricos de la zona, científicos todos, trabajan para el hedge fund cuantitativo Renaissance Technologies con sede en el pequeño pueblo cercano de East Setauket. Ellos son los creadores y supervisores del fondo Medallion, que probablemente sea la mayor máquina de generar dinero del mundo. El Medallion está disponible exclusivamente para los casi 300 empleados de Renaissance, de los cuales, aproximadamente 90 tienen doctorados, y para un reducido grupo de individuos con vínculos profundos con la empresa.
El legendario fondo, conocido por su extremo secretismo, ha producido unos 52.000 millones de euros de beneficios en los últimos 28 años, según datos recogidos por Bloomberg, convirtiéndolo en 9.500 millones de euros más rentable que los fondos gestionados por Ray Dalio y George Soros. Lo que es más impresionante es que lo ha conseguido en un periodo de tiempo menor y con menos activos bajo gestión. El fondo casi nunca pierde dinero y su mayor drawdown en un periodo de cinco años ha sido de tan sólo un 0,5%.
Pocas empresas están tan sujetas a tanta fascinación, rumor o especulación. En la industria todo el mundo ha oído hablar de Renaissance, aunque casi nadie sabe lo que pasa dentro. La empresa también gestiona tres hedge funds abiertos a inversores que en conjunto suman 24.500 millones de activos bajo gestión, pero cuyo rendimiento es mucho menos espectacular que el de Medallion.
Aparte de su fundador, Jim Simons, que se retiró en 2009 para dedicarse a distintas causas filantrópicas, muy poco se sabe de este pequeño grupo de científicos cuyo gran patrimonio es mayor que el PIB de varios países y que influencian cada vez más la política en EEUU. Hasta el día de hoy los dueños y ejecutivos de Renaissance han declinado hacer comentarios a través de su portavoz, Jonathan Gasthalter.
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