Para elegir un buen fondo de inversión hay que mirar tanto la rentabilidad como el riesgo y las comisiones. Para escoger un buen fondo de inversión primero es necesario tener muy claro cuál es su objetivo y su horizonte de inversión. Una vez definidos estos criterios y, por lo tanto, la categoría de fondos que mejor se adapte a ellos, queda por decidir qué fondo comprar. De forma inconsciente, hay una tendencia a elegir los fondos más rentables en el corto plazo ya que suponemos que si el gestor lo ha hecho bien en el pasado, también lo hará bien en el futuro.
Debemos subrayar que considerar únicamente la rentabilidad de un fondo como criterio único de elección es totalmente un error. Además de la rentabilidad, hay que tener en cuenta el riesgo del fondo, pues a misma rentabilidad es preferible un fondo que presenta menos riesgos. Asimismo, es necesario valorar todas las comisiones que cobra el fondo. No sólo las de gestión y de depósito que se descuentan diariamente del valor liquidativo, sino también las de suscripción que, de igual manera, influyen en la rentabilidad final que obtendrá el partícipe.
Estos criterios (rentabilidad, riesgo y comisiones) los tiene en cuenta la herramienta de Morningstar para elaborar el Rating de Morningstar, Rating que se traduce para el fondo en un determinado número de estrellas. Por ejemplo, el 10% de los mejores fondos reciben cinco estrellas, el 22,5% siguiente cuatro estrellas, el 35% tres estrellas, el 22,5% dos estrellas, y el 10% de los peores fondos sólo una estrella.
Ahora bien, no todos los fondos reciben estrellas. Hay situaciones en las que es imposible establecer un rating. Por ejemplo, cuando la vida del fondo es inferior a tres años, cuando no hay información suficiente para que el fondo sea incluido en una de las categorías Morningstar o cuando el fondo ha sufrido importantes cambios en su estrategia de inversión y sus datos de rentabilidad histórica no son, por consiguiente, tan relevantes.
Tampoco si no hay suficientes fondos similares para establecer una clasificación. Este Rating se basa únicamente en cálculos de rentabilidad y riesgo. No interviene, por lo tanto, ningún factor subjetivo o cualitativo en la valoración del fondo. Otra de las características del Rating Morningstar es que es un rating europeo. Es decir, el universo con el que se compara un fondo no son los fondos distribuidos en España, sino todos los que se comercializan en Europa.
Ello permite que cada fondo tenga un solo rating independientemente del país en el que se comercialice. Sí es verdad que, de la misma forma que la rentabilidad pasada no garantiza la rentabilidad futura, el Rating Morningstar tampoco es un indicador de buen comportamiento futuro. Pero sí sirve como primera guía para comparar fondos dentro una misma categoría. Sin embargo, el análisis de la propia cartera del fondo es, por ejemplo, uno de los elementos fundamentales que deben necesariamente guiar una buena elección.
Por todo ello, es necesario analizar detenidamente los fondos antes de su elección y para ello se hace necesario el uso herramientas que nos den confianza para este objetivo. Morningstar en una herramienta muy utilizada en nuestra oficina y creemos que es de gran utilidad para esta finalidad.