Actualmente el Banco Central Europeo (BCE) mantiene los tipos de interés en valores negativos y las previsiones para los próximos meses es que sigan bajando.
Concretamente, el presidente del BCE, Mario Draghi, dejó la puerta abierta a nuevas bajadas de tipos en septiembre, lo que golpeará de nuevo a las ya maltrechas cuentas de resultados de los Bancos.
Para ponernos en situación, hoy por hoy el negocio bancario podríamos catalogarlo como malo. Ello es debido a que el modelo de negocio que han llevado tradicionalmente basado en un «margen por intereses», dentro de un marco con tipos de interés negativos, no funciona. Antes de la crisis financiera los bancos remuneraban los depósitos en torno al 3-4% y lo prestaban en torno al 9-10%, obteniendo beneficios del 5-6% lo que hacía sostenible el negocio. Actualmente, el negocio de los bancos es deficitario en este aspecto y solo obtienen retornos positivos mediante la gestora de fondos de inversión o el negocio de seguros.
Aunque es cierto que las tasas de los préstamos al consumo siguen estando elevadas, no lo es menos que dichas tasas están en esos niveles debido a que los demandantes de dichos créditos no suelen ser solventes y, a menor solvencia, mayor tasa de interés.
Como podemos ver en la siguiente comparativa, las cotizaciones de los bancos no han hecho mas que bajar desde el estallido de la crisis, lo que corrobora con datos la decadencia del negocio bancario.
¿Y cómo afecta esta situación a los depósitos y a los ahorradores en particular?
Al final, el dinero que tenemos depositado en la cuenta corriente de un banco le genera un coste importante a la banca que a día de hoy se sitúa en torno a 40 puntos básicos y que las entidades financieras tienen que pagar al BCE diariamente, con altas posibilidades de que esto aumente en los próximos meses. Además, España es un país con unas tasas de depósitos muy altas respecto a la inversión y esto, en la tesitura actual, genera un problema muy grande a los bancos.
Esta destrucción de márgenes dentro del negocio bancario está llevando a las entidades financieras a estudiar la posibilidad de comenzar a cobrar comisiones a los ahorradores por sus depósitos bancarios si el BCE sigue con sus políticas de aumentar los tipos negativos en los próximos meses. Este tipo de comisiones para los depósitos está muy extendida en países como Alemania, Suiza o los países nórdicos, pero aquí en España acabarían por generar controversia.
Al final esta problemática se podría resolver si los ahorradores se decidieran por canalizar ese ahorro en fondos de inversión, donde las dos partes saldrían beneficiadas. Por una parte, el ahorrador se beneficiaría debido a que eliminaría las posibles comisiones por depósito, tendría la posibilidad de rentabilizar sus ahorros y lo haría en fondos de inversión, donde el incentivo fiscal es grande, como ya explicamos en este artículo.
Por otro lado, los bancos también saldrían beneficiados al sacar esos depósitos, que les genera un coste, a recursos fuera de balance y abren la posibilidad de poder comercializar fondos de inversión al cliente donde podrán aplicar una comisión y obtener así una contraprestación.
Conclusiones
En definitiva, el hecho de que los tipos de interés estén tan bajos puede acabar perjudicando no solo a los bancos sino también al ahorrador final. Las entidades financieras tendrán que acabar repercutiendo estos costes a sus clientes.
Esto no es más que una razón más mover nuestros ahorros de la cuenta corriente y los depósitos a los fondos de inversión.