Nadie puede colocarte un producto financiero sin tu conocimiento. Tú eres la única persona autorizada a dar validez a los cambios que se produzcan en tus inversiones. Si alguien lo ha hecho por ti sin autorización, no estás obligado a mantener esa inversión.
Complicado el intentar que las entidades financieras pierdan el control sobre la inversión. El futuro está en el conocimiento