Comienzo este post explicando que gastar es comprar un bien o un servicio y que invertir es comprar un activo que esperamos que nos proporcione aumentar nuestras ganancias en un futuro. Quería que, como propósito de Año Nuevo, se distinguiera entre invertir en fondos de inversión y gastar.
No obstante, viendo las definiciones de la Real Academia Española de invertir y gastar, parece que estoy equivocada, ya que invertir puede significar gastar un caudal. Por lo que invertir no es necesariamente incrementar nuestros ingresos o reducir nuestros gastos, pues en muchos casos preferimos invertir en educación, en viajes, o en otro tipo de inversiones que cultiven nuestro alma y nuestra mente, no sólo en fondos de inversión.
Así que voy a pedir a nuestros lectores que, como propósito de Año Nuevo, cuando se hable de inversión (economía doméstica, economía empresarial y economía nacional), piensen en la diferencia. En si eso que se proponen va a aumentar los ingresos, va a reducir los gastos o simplemente es un gasto.
Si compramos unos zapatos de marca cuando tenemos quince en el armario estamos gastando. Si el gobierno hace una campaña para felicitarnos la Navidad, está gastando. Cuidado, no es que esté en contra del gasto. Hay que gastar porque necesitamos comer, vestirnos, ocio, etc. Además, el gasto es la forma en la que redistribuimos la mayor parte de nuestros ingresos creando empleo.
El tema está en que debemos diferenciar aquello que compramos porque lo necesitamos o queremos, de aquello que compramos porque va a mejorar nuestra situación en el futuro (o esperamos que lo haga). Porque parte de los problemas de esta crisis vienen porque hay quien no sabía la diferencia y ahora la está aprendiendo por las malas.