La transformación digital en cualquier tipo de sector, incluido el sector de las finanzas, es imparable. Hasta el punto que las empresas que no tengan presencia digital, es posible pronosticar que desaparecerán del mercado en un futuro, pues es inútil ignorar sus ventajas tanto a nivel social como económico.
El objetivo de las empresas es ser más competitivas y eficientes, y crear mejores productos y servicios gracias al desarrollo digital. Las marcas deben entender la digitalización, abrazarla, ser puntera en su área y saber cómo aplicarla. Aunque el sector de las finanzas siempre ha sido más reacio a este tipo de cambio, cada vez hay más plataformas fintech que confirman la tendencia.
El impacto del fintech en las finanzas
Quien no tenga presencia digital deberá competir con las marcas que están constantemente reinventándose y reciclando ideas para dar respuesta a nuevos e importantes retos como son las empresas fintech. Estos pueden resumirse en uno: la personalización de los productos.
Además, ahora mismo se están centralizando esfuerzos en el proceso de agilizar las respuestas de los clientes para ganar velocidad porque el ‘time to market’ se ha reducido. Nada de esto puede conseguirse sin la digitalización.
De estos años de crisis hemos aprendido una gran lección: las economías que menos han sufrido han sido aquellas con una mayor inversión en I+D y que están más industrializadas. La industria genera puestos de trabajo más estables, mayor PIB por trabajador y, como consecuencia, más exportaciones.
Ahora bien, la idea de una interacción cada vez más automatizada y robotizada despierta temores, sobre su impacto en el empleo. Hacer digital una empresa no equivale a destruir puestos de trabajo, aunque es cierto que se sustituirán ciertos empleos por nuevos perfiles. Eso requerirá de formación, por supuesto.