Sí al brexit, ese ha sido el histórico escrutinio final. Este 23 de junio el Reino Unido ha decidido abandonar la Unión Europea tras celebrar un referéndum, y nos preguntamos qué va a pasar ahora. Pero vamos por partes:
¿Qué es el brexit?
A estas alturas es difícil no haber oído hablar del brexit. El brexit es un término que hace referencia a la salida de Reino Unido de la Unión Europea haciendo un juego de palabras entre Britain (Gran Bretaña en inglés) y exit (salida).
¿Es el primero?
No. En 1975 el gobierno de Reino Unido, que por entonces era laborista, convocó un referéndum para ver si abandonaban la –entonces- Comunidad Económica Europea. El Partido Conservador británico, o “Tories”, con Margaret Thatcher a la cabeza, hizo campaña para quedarse en la CEE.
Curiosamente, este referéndum ha sido convocado por David Cameron, líder de los “Tories”, pese a defender públicamente el voto a no abandonar la UE, mientras que el líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, a pesar de haber pedido el voto a no abandonar la UE no ha hecho mucha campaña al respecto.
¿Cómo va a abandonar la UE?
En el Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009, se refleja el procedimiento para que un estado miembro se retire voluntariamente.
El Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea establece que desde que el Estado miembro decida retirarse y notifique su intención al Consejo Europeo tendrán que pasar dos años, como mínimo, para que los Tratados dejen de aplicarse.
¿Qué impacto económico tendrá el brexit para el Reino Unido?
Es difícil cuantificar de manera objetiva las implicaciones económicas que tendrá que afrontar Reino Unido.
David Cameron anunció la semana antes del referéndum que necesitarían 38.000 millones de euros en recortes e impuestos si al final había brexit. Si esto fue una maniobra electoral para forzar el voto en contra o si era un número objetivo lo sabremos en breve. Lo que sí que es cierto es que podemos intuir que tendrán que hacer un acopio de fondos para lidiar con distintas situaciones, como la renegociación de los tratados de libre comercio con la Unión Europea, que suelen durar de media de 5 a 10 años.
También se espera una directiva europea que obligue a hacer la intermediación en euros en un estado miembro de la Unión, quitando el negocio a la “City” londinense.
Sea como fuere, hasta ahora han sido todo conjeturas y ahora vamos a ir observando los resultados de esta elección. Si ha sido un acierto o un error el tiempo lo dirá. Lo que sí que podemos asegurar es que se avecina incertidumbre en forma de volatilidad a los mercados.
