Tras dos años con precios a la baja parece que en las economías desarrolladas este año volverá a haber inflación. La mayor parte se debe al precio del petróleo, que bajó hasta los 30 dólares a principios de 2016, pero que recientemente se ha situado por encima de los 50 $. La inflación subyacente parece que también está a punto de repuntar. Esto son buenas noticias ya que no se espera un crecimiento desmesurado de la inflación sino que se ahuyentan los fantasmas de la deflación.
Para entender el porqué habría que considerar los tres principales catalizadores de la inflación: el precio de las importaciones, las presiones sobre la capacidad de la economía doméstica y las expectativas futuras.
¿Volverá a haber inflación? El precio de las importaciones
Hace un año los precios de los bienes globales descendían debido a una caída en la demanda agregada y debido a un exceso aparentemente interminable de productos básicos y fabricantes. China se tambaleaba y los Emergentes no levantaban cabeza, con Brasil y Rusia en plena recesión.
Hoy, las cosas pintan mejor. Los Emergentes siguen teniendo puntos problemáticos pero sus grandes economías se están estabilizando, los precios de los bienes en China están volviendo a subir después de 54 meses de caídas y el aumento de la demanda se ve reflejado en los precios de las commodities. Así que los países ricos están importando una inflación más global.
¿Volverá a haber inflación? La capacidad económica
El segundo gran motor de la inflación es lo capaz que sea la economía doméstica. La tasa de desempleo es su gran indicador. La economía estadounidense con una tasa de desempleo cercana al 4,7% roza la empleabilidad técnica total. El salario medio subió un 2,9% en 2016 y el resto de indicadores y las tendencias de estos están alineados con el objetivo de inflación de la FED.
En otras economías desarrolladas, como Europa, el mercado laboral es un tanto más rígido y el pronóstico no es tan favorable. La tasa de desempleo roza el 9,8% de media, con los países del sur de Europa, entre los que se encuentra España, haciendo que suba esta media. Por lo que si el BCE quiere llegar a su objetivo del 2% de inflación, necesitará que países con economías más saneadas, principalmente Alemania, genere una inflación muy superior al 2% para compensar lo que no parece probable.
¿Volverá a haber inflación? Las expectativas futuras
Si hay expectativas de inflación las empresas se sentirán más libres para subir los precios y los empleados para negociar subidas de sueldo. En teoría, las expectativas de inflación están en manos de los bancos centrales. Si son capaces de convencer de que tienen las herramientas para regular la demanda agregada, las expectativas deberían converger con el objetivo de inflación, que suele rondar el 2%. Pero las expectativas también se ven influenciadas por lo que la inflación ha sido en el pasado reciente, y en las economías desarrolladas ha caído.
La conclusión es que en 2017 probablemente veamos un repunte en la inflación gracias al precio del petróleo y a un entorno global más firme, pero la inflación subyacente o core no subirá tanto como para llegar a los objetivos que indican un crecimiento generalizado de las economías.