Una de las apuestas de los gestores de fondos de inversión de renta fija para esta clase de activos en 2018 puede ser la misma que ya demostró tener buenos resultados en 2017: apostar a que los propietarios de vivienda americana no dejarán de pagar sus hipotecas.
Los gestores de fondos de inversión hicieron acopio en 2017 de los relativamente nuevos bonos de Fannie Mae y Freddie Mac, conocidos como “activos de transferencia de riesgo crediticio”, en parte porque tienen tipos de interés variable o flotante, característica muy buscada si se espera que la FED suba tipos hasta tres veces en 2018. Aquellos inversores que compraron deuda hipotecaria subprime tras la crisis a tasas de descuento del entorno del centavo por cada dólar, están recibiendo unos 80.000 millones de dólares de principal al año y buscan soluciones para reinvertir ese dinero.
Los activos de transferencia de riesgo crediticio, que son activos más arriesgados, dieron más rentabilidad en 2017 que el High Yield y los Bonos Corporativos americanos. Según los analistas de Morgan Stanley es el activo de renta fija en el que invertir en 2018.
Los inversores que compren estos activos serán de los primeros en sufrir pérdidas cuando los propietarios de viviendas fallen en sus pagos; pero con unas tasas de desempleo en EEUU a cierre de 2017 del 4,1% y con su economía creciendo a un ritmo anualizado superior al 3%, parece una apuesta razonable suponer que se seguirán pagando las hipotecas.
También existen razones técnicas para presuponer que estos bonos tendrán un buen comportamiento en 2018. Fannie Mae y Freddie Mac probablemente venderán en sus programas principales un total de 13.000 millones de dólares de activos de transferencia de riesgo crediticio. Si una fracción de los 80.000 millones del principal de la deuda hipotecaria subprime que los inversores esperan recuperar va a parar a este mercado, los precios podrían subir.
