El crowdfunding es el uso de pequeñas cantidades de capital por parte de un gran número de personas para financiar un negocio. Su uso está creciendo de forma exponencial debido a la fácil accesibilidad a través de redes sociales y sitios web de crowfunding para reunir a inversores y empresarios.
La mayor ventaja que este tipo de financiación alternativa ofrece es que tiene el potencial de generar un aumento en el espíritu empresarial, puesto que permite incrementar el grupo de inversores para recaudar fondos más allá del círculo tradicional al alcance del empresario.
¿Qué ofrece el crowdfunding a los inversores? Hay varios modelos ligados a este tipo de financiación. Como donaciones, donde no se esperan beneficios a cambio; acciones, los inversores reciben participaciones de la empresa; o también puede funcionar en forma de préstamo o “crowdlending” a cambio de un tipo de interés por el dinero prestado.
Su implantación en España dista mucho de la de países como Estados Unidos o Reino Unido. Sin embargo, a la espera de los datos de 2017, la recaudación en 2016 superó por primera vez los 100 millones de euros con, aproximadamente, 113 millones. Estos datos recogidos de un estudio realizado por Universo Crowdfunding indican que esta forma de financiación seguirá creciendo con fuerza en los próximos años. Actualmente hay 24 plataformas de financiación participativa (PFP) registradas en la CNMV.
En cuanto a su regulación, aunque se han hecho avances, aún sigue en un “limbo” regulatorio debido al poco tiempo que lleva en funcionamiento. Por un lado, la Unión Europea aún no dispone de ninguna medida legislativa concreta en esta materia. Por el otro, en España, la más destacada es la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial (LFFE), en la que se establecen ciertos límites tanto a inversores como empresas.
En cuanto a los inversores, tenemos los acreditados y los no acreditados. Los primeros no tienen límite de inversión, mientras que los segundos tienen un límite de 3.000€ en un mismo proyecto de una misma plataforma y de 10.000€ en diferentes proyectos de una misma plataforma en un año. El fin de estas limitaciones es proteger a los inversores poco cualificados de poner una buena parte de sus ahorros en riesgo.
Está claro que el crowdfunding ha llegado para quedarse. Entre sus atractivos, el impulso a las startups, la transparencia de las plataformas que lo promueven, supone una alternativa de financiación a lo tradicional… No obstante, este sector aún es bastante desconocido si nos comparamos con países como EEUU, Reino Unido, Francia u Holanda. La desconfianza de los inversores es una de sus grandes barreras, generada por la falta de garantías que ofrece.