Con el anuncio el pasado día 30 de noviembre por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) de incluir al yuan en la cesta de monedas para el comercio internacional, se ha hecho efectiva una noticia que el mercado había descontado tras las declaraciones de la presidenta Christine Lagarde el día 13 de ese mes.
Si recibimos asesoramiento en inversiones nos habrán avisado que esta inclusión, que venía el país asiático reclamando desde hace años y se hace ahora efectiva tras haber obtenido el visto bueno del socio con mayor peso en el FMI (Estados Unidos) y tras haber pasado el control técnico de este organismo, hace que el euro sea el gran perdedor debido a la política expansiva del BCE, que continuará y, sumado a la curva de interés negativo, lo hace poco atractivo de cara a los inversores.
Asesoramiento a China
Aunque en el comercio internacional el yuan ha ido adquiriendo peso debido a la gran actividad comercial de China, los inversores siempre han tenido reticencias ante un tipo de cambio controlado por el gobierno y que además controla el capital en circulación, limitando su posible conversión.
El asesoramiento que se le ha dado a China para que haga un esfuerzo para dar mayor transparencia a la libre circulación de capitales ha venido respaldado por las declaraciones de la presidenta del FMI que iban dirigidas a pedir a las autoridades chinas que sigan haciendo esfuerzos en ese sentido.
En la práctica, el yuan va a pesar un 14% de la cesta de divisas. Junto con el dólar, que cede del 41,9% al 41,73, la libra esterlina del 11,3% al 8,09%, el yen del 9,4% al 8,33%, y la moneda que más cede en el índice, que es el euro con un peso futuro de un 30,93% desde el actual de un 37,4%.
El miedo de las autoridades chinas a dar una libre fluctuación del valor de la moneda ante una salida de capitales , se verá ahora contrarrestado con el aumento de la demanda del yuan por agentes financieros internacionales para sus transacciones, así como a los gestores de fondos de inversión de deuda soberana o referenciada al yuan.
La entrada en vigor de la decisión es para el día 1 de octubre de 2016, pero el mercado ya ha ido descontando al euro frente al yuan.