Los mercados europeos de renta variable empezaron el año con fuerza debido a varios factores, entre los que cabe citar la depreciación del euro, el descenso de los precios de la energía y la expansión cuantitativa implementada por el Banco Central Europeo.
Desde entonces, el comportamiento de los mercados se ha visto afectado en cierta medida por la preocupación generada por China, pero la debilidad de los mercados mundiales derivada de los problemas chinos ha generado también una atractiva oportunidad de compra a niveles de valoración más interesantes.
Aunque la pérdida de valor del euro suele beneficiar a los exportadores internacionales de nuestro universo de inversión, el abaratamiento del petróleo y la expansión cuantitativa deberían contribuir a estimular la economía interna de la zona euro, que se ha mostrado dubitativa desde que en 2011 comenzara la crisis de la deuda soberana europea.
En los últimos tiempos se han observado señales de que las cosas están mejorando en los mercados internos. La expansión cuantitativa ha incrementado la masa monetaria, lo que a su vez está estimulando la demanda interna y la confianza empresarial. Además, las encuestas sobre préstamos apuntan a un incremento tanto de la oferta como de la demanda de crédito en la zona euro. Las ventas minoristas han alcanzado cifras sólidas, y el empleo vuelve a crecer.
Una de las principales hipótesis que hemos mantenido en el equipo europeo este año ha sido que, para que los beneficios europeos recuperen el terreno perdido con respecto a otros mercados desarrollados, como Estados Unidos y el Reino Unido, es necesario que se produzca una recuperación de la economía interna de la zona euro y, por consiguiente, una recuperación de los beneficios de las empresas nacionales. Dentro de nuestras carteras, esta opinión se ha plasmado en una mayor sobreponderación de determinados títulos financieros que han experimentado fuertes revisiones al alza de los beneficios, así como de otros títulos industriales de carácter cíclico con un sesgo interno y del sector de consumo discrecional.
Prevemos que estas tendencias subyacentes de la economía y los beneficios persistirán, y que los beneficios obtenidos en los mercados internos europeos continuarán realizando una fuerte contribución a la recuperación general de la rentabilidad empresarial de Europa en lo que resta de 2015 y a principios de 2016.