Estas serán las claves de la COP25

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claves de la COP25

El día 2 de diciembre comenzará en Madrid la 25ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25). Este evento, que se celebra de forma anual, reúne a líderes mundiales para acordar las medidas necesarias para cumplir los compromisos contraídos en virtud del Acuerdo de París de 2015. El objetivo del acuerdo es limitar el aumento de la temperatura de la Tierra por debajo de los dos grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.

Sin embargo, EE.UU., el segundo mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero (alrededor del 15% de las emisiones globales), presentó recientemente una solicitud formal para retirarse del Acuerdo de París. Esto hace que las circunstancias en las que se celebrará la COP25 no sean las óptimas, pero confiamos en que este evento pueda dar pie a grandes progresos en la lucha contra el cambio climático. En este sentido, a continuación, analizamos las claves de esta cumbre:

Las empresas deben costear el carbono, para que no le pase factura a la Tierra

La anterior conferencia del COP, que se celebró el año pasado en Katowice (Polonia), dejó sin tratar una cuestión clave para el éxito del Acuerdo de París: el uso de los mercados financieros como mecanismo para luchar contra el cambio climático (Artículo 6). En realidad, esto podría adoptar diversas formas, pero los regímenes de comercio de derechos de emisión han ido en aumento en todo el mundo (véase el gráfico), lo que demuestra que este tipo de iniciativas pueden aplicarse con éxito.

Aunque los precios vinculados a las emisiones de CO2 en estos sistemas tendrían que aumentar en todo el mundo para incentivar el cambio de combustible a la escala requerida, gran parte del trabajo de base se ha hecho ya. Por tanto, esperamos que este sea un tema clave en la agenda del COP25, particularmente después de que la Unión Europea lo señalara como una de sus prioridades.

Una ambición creciente

En segundo lugar, esperamos una serie de actualizaciones de los objetivos individuales de los países, conocidas como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC o nationally determined contributions en inglés).

Muchos países ya han anunciado objetivos que van más allá de los puntos incluidos en sus respectivos NDC (como el compromiso del Reino Unido y Francia de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050). Con una legislación y unos objetivos más ambiciosos, se espera que el evento genere noticias positivas. Como parte del Acuerdo de París, los países tendrán que empezar a informar periódicamente sobre sus emisiones a partir de 2020. Aunque creemos que la mejora de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional es más probable que la implementación a corto plazo de un régimen mundial de comercio de derechos de emisión, la ventaja de los modelos de negocio que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero es evidente.

A pesar de la presentación formal para solicitar la retirada del Acuerdo de París por parte de la actual Administración de EE.UU., la preocupación pública y la concienciación sobre el cambio climático han ido en aumento, lo que ha dado lugar a políticas climáticas más ambiciosas en varios estados de EE.UU.

A medida que los países empiecen a informar sistemáticamente sobre las emisiones en relación con los objetivos establecidos, y los mecanismos de comercio de derechos de emisión basados en el mercado se vuelvan más frecuentes, nos estaremos acercando a otro hito en la transición hacia una economía sin emisiones de carbono. Esto favorecerá a las empresas cuyos productos y servicios ayudan a mitigar el cambio climático y a adaptarse a él, por lo que creemos que hay razones por las que los inversores en cambio climático pueden continuar siendo optimistas.

Marc Hassler, analista de Inversión Sostenible de Schroders

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Marc Hassler, analista de Inversión Sostenible de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

¿Ha cegado la QE a los inversores frente a los peligros del mercado?

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Según Nick Clay, gestor en el equipo de renta variable global de Newton1 , una larga era de flexibilización cuantitativa (QE) podría haber cegado a muchos inversores ante los peligros plausibles que acechan en las bolsas y las ventajas potenciales de la inversión de reparto.

Tras un largo periodo de políticas monetarias extraordinarias que han ayudado a reflotar a los mercados de valores mundiales, Nick Clay contempla la posibilidad de un cambio de rumbo abrupto e inminente.

Según el gestor de Newton, esta era de dinero barato ha hinchado los precios de los activos y obligado a los inversores a asumir más riesgo en sus carteras, alimentando la complacencia y la creencia de que los mercados continuarán subiendo a perpetuidad.

A la luz de unas valoraciones cada vez más excesivas de las acciones, Clay advierte de que los inversores deberían resguardarse de potenciales cambios en los mercados a medida que termina el actual ciclo económico y cambia la naturaleza del respaldo ofrecido por los bancos centrales.

“La realidad económica en la que vivimos se ha visto distorsionada por intervenciones gubernamentales y monetarias dirigidas a propiciar el alza constante de los mercados.

Los inversores se han acostumbrado tanto a esta dinámica que muchos de ellos se han vuelto ciegos a lo que ocurre verdaderamente a su alrededor. Pese a haber apuntalado con gran éxito a los mercados de activos, hemos visto algunos de los niveles de recuperación del crecimiento del PIB nominal más bajos de la historia”, explica.

Clay advierte de las señales de peligro económico, añadiendo que aunque muchos continúan disfrutando de la fiesta, están saltando miles de señales de alarma diciéndonos que nos hallamos en la fase final de este ciclo económico: “Estamos viendo cosas que simplemente no ocurren al comienzo de un ciclo. Las expectativas de crecimiento en muchas empresas también han dado pie a valoraciones francamente absurdas, que las compañías nunca podrán cumplir.”

Desigualdad creciente

Aunque la QE continúa respaldando a los mercados, Clay cree que las ganancias financieras de esta política se han concentrado en una pequeña minoría. De este modo, ha alimentado una desigualdad creciente y desestabilizado el ámbito político, enfureciendo a electorados que se rebelan ante unas políticas gubernamentales y monetarias que no les aportan ninguna ventaja tangible.

El gestor considera que esta situación es insostenible, y que —unida al impacto de las guerras comerciales y del creciente proteccionismo a nivel mundial— llevará a los bancos centrales a cambiar de rumbo. En su opinión, la Teoría Monetaria Moderna (TMM) —que propugna la creación de tanto dinero como necesiten los gobiernos para gastar y respaldar a la economía— es el próximo tipo de estrategia que podrían adoptar los bancos centrales. De darse el caso, añade, esto podría tener un enorme impacto en los inversores globales.

“Dado lo que significa para las empresas y la dinámica de las economías, la implementación de la TMM podría tener consecuencias potencialmente importantes para todas las clases de activo. Mientras que la revalorización del capital ha sido el principal componente de la rentabilidad total del mercado en los últimos 10 a 14 años, podríamos pasar a un escenario en que obtener tal crecimiento del capital sea difícil en la próxima década”, señala.

Aunque a algunos inversores podría costarles adaptarse a este giro del mercado, Clay cree que podría favorecer a los inversores con estrategias de reparto, ya que los dividendos han sido los mayores motores de rentabilidad de la renta variable en el pasado, y podrían volver a serlo en breve.

“Hasta la fecha, la QE ha permitido ignorar el hecho de que los dividendos pueden generar una fuente de rentabilidad consistente y fomentar la disciplina de capital de las empresas, lo cual a su vez puede conducir a mayores beneficios empresariales. Por lo que respecta al conjunto del mercado de renta variable, creo que nos dirigimos a un escenario más normal en el que la capitalización del dividendo a tasa compuesta dominará la rentabilidad total”, explica el gestor.

“En este mundo «real», una selección cuidadosa de valores capaces de proporcionar dividendos sostenibles cobrará más importancia. Concentrándose en tales empresas, los inversores pueden beneficiarse de la capitalización a tasa compuesta de las rentas que reciben, lo cual ampliará la rentabilidad de su capital con el tiempo. La rentabilidad por dividendo puede aportar una menor volatilidad que la procedente de la revalorización, y su perfil de inversión también nos parece muy adecuado para el futuro”, concluye.


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Expira el 25 de marzo de 2020.

El Brexit con acuerdo vuelve a ser una opción ahora que se avecinan elecciones

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El presidente de la UE, Donald Tusk, ha anunciado una ampliación del plazo del Brexit en principio hasta el 31 de enero de 2020. La «flextention» (prórroga flexible) se acordará por escrito en los próximos días, pero el anuncio elimina la posibilidad de que el Reino Unido abandone la UE sin llegar a un acuerdo en Halloween.

El uso del término «flextention» es altamente político y claramente diseñado para ayudar al Gobierno en su esfuerzo por completar el Brexit. En realidad, las dos prórrogas anteriores también eran flexibles en el sentido de que si el Reino Unido se hubiera puesto de acuerdo sobre el camino a seguir (con acuerdo o no), podría haberse marchado antes de estas extensiones.

La atención se centra ahora en el Parlamento y en la necesidad de celebrar elecciones generales. El Gobierno ha dicho que tratará de lograr la aprobación de unas elecciones anticipadas en virtud de la Ley del Parlamento de Duración Determinada, que exige que dos tercios de los miembros apoyen la moción. En sus dos intentos anteriores, el Gobierno no consiguió reunir el apoyo, ya que la amenaza de un Brexit sin acuerdo constituyó un incentivo para que el Parlamento siguiera en funciones. Sin embargo, ahora que se ha conseguido una prórroga, hay pocos incentivos para prolongar el estancamiento.

Parece que el Partido Liberal Demócrata y el Partido Nacional Escocés han presentado un proyecto de ley que propone la celebración de elecciones el 9 de diciembre. Esto sólo necesitaría una mayoría simple, pero requeriría que el Gobierno lo aprobara esta semana, para que el Parlamento se disuelva el lunes.

Una vez que se confirmen las elecciones, asistiremos a una campaña electoral dura. Según encuestas de opinión recientes, los conservadores tienen una buena ventaja sobre el Partido Laborista, y se espera que ganen las elecciones con una mayoría razonable. Por supuesto, esto podría cambiar a lo largo de la campaña, como pudo comprobar la anterior primera ministra Theresa May en 2017.

La principal amenaza para el Gobierno es el Partido del Brexit, liderado por Nigel Farage, que quiere que el Brexit se complete lo antes posible y sin un acuerdo. Esta idea podría atraer a suficientes votantes para dividir el apoyo al Brexit y, en última instancia, permitir que el Partido Laborista gane. Sin embargo, si el Partido Conservador de Boris Johnson vence en los comicios, como se espera, podrá impulsar su última versión del acuerdo de salida a través del procedimiento legislativo sin muchos impedimentos.

Un Brexit suave con un período de transición eliminaría una gran parte del riesgo de ralentización de la economía de Reino Unido. Es de esperar que la inversión de las empresas repunte con la reducción de la incertidumbre, y que los hogares también puedan aumentar el gasto. Habrá que trabajar en la acumulación de inventarios de las compañías, lo que supondrá un obstáculo para el crecimiento, aunque se habría completado a finales de 2020. En general, podríamos ver una aceleración gradual del crecimiento del PIB y de la confianza.

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Keith Wade, Economista Jefe de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

Autor: Azad Zangana, economista y estratega senior para Europa de Schroders