La economía laboral está buscando nuevas fórmulas para aumentar la productividad mejorando la calidad de los trabajadores, y una de las propuestas que barajan los distintos expertos es la reducción de la jornada laboral a 4 días.
Esta medida no es una utopía. En Nueva Zelanda hay una empresa que acumula titulares alrededor del mundo por realizar el experimento entre sus empleados. En marzo y abril de 2018 los 240 empleados de Perpetual Guardian, una empresa que gestiona fideicomisos, testamentos y planificación patrimonial, trabajaron 4 días a la semana (32 horas en lugar de 40) sin modificar sus salarios.
Investigadores de la Auckland University of Technology estudiaron el experimento antes, durante y después de su implementación y recolectaron información cuantitativa y cualitativa.
Al fundador, Andrew Barnes, se le ocurrió la idea en un intento por dar a sus empleados una mejor conciliación de su vida personal y su vida laboral para que pudiesen concentrarse en temas laborales mientras estaban en la oficina, dándoles un día extra para atender sus compromisos personales.
Jarrod Haar, profesor de gestión de Recursos Humanos de la universidad, fue el investigador a cargo del experimento y se encontró con que la satisfacción laboral y personal aumentó en todos los niveles, con empleados desempeñando mejor sus funciones y disfrutando más de ellas que antes del experimento.
En noviembre de 2017 algo más de la mitad de los empleados (54%) sentían que podían equilibrar su trabajo y sus compromisos en casa, mientras que después de la prueba el número creció hasta el 78%. Los niveles de estrés descendieron en 7 puntos porcentuales y los niveles de satisfacción personal se incrementaron en 5 puntos porcentuales.
No todo son casos de éxito en este tipo de experimentos. La empresa estadounidense Treehouse tuvo que cancelar esta semana de 4 días laborales en 2016 debido a que estaban perdiendo clientes a favor de su competencia y es que, en palabras de Rebecca Greenfield, reportera de Bloomberg News que siguió el caso: “Puedes sacar mucho trabajo en cuatro días pero simplemente vivimos en una sociedad de cinco días”.
Según el profesor de Economía Daniel Hamermesh, el argumento para una semana laboral más corta se basa en la idea de que somos actualmente improductivos, lo que implicaría que los empleadores son, según sus palabras, “estúpidos”. Una afirmación que no se sostiene ya que estos, los empleadores estúpidos, suelen durar poco en el mundo laboral.