La incertidumbre sigue presente en todo el mundo a medida que los resultados en los comicios apuntan a un «freno» de la temática de la globalización, y es probable que los mercados emergentes sean los más perjudicados.
En lo tocante a Estados Unidos, la aplastante victoria republicana en ambas cámaras allanará el camino para que Trump cumpla su agenda, en la que expresa un énfasis en el crecimiento interno, el gasto y los estímulos fiscales.
El pueblo estadounidense ha rechazado al poder establecido y por primera vez un empresario con escasa experiencia política se ha alzado con la victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses. Los mercados estadounidenses no han abierto aún, pero ya hemos asistido a la caída de los mercados asiáticos desde los máximos registrados el día anterior, momento en el que se esperaba que ganara Clinton. Sin embargo, estos mercados no han marcado los mínimos de principios de este año. El principal impacto inmediato se dejará notar en los mercados emergentes. De hecho, ya hemos sido testigos de la caída del peso mexicano, y el banco central del país centroamericano ha convocado una reunión de urgencia. La última vez que dicha divisa experimentó tal retroceso, el banco central de México intervino subiendo los tipos de interés, de ahí que podamos asistir al anuncio de un incremento de los tipos de interés a lo largo del día de hoy. Aunque el dólar estadounidense se ha revalorizado frente a las divisas de mercados emergentes, el billete verde ha cedido gran parte del terreno ganado en el pasado frente al euro y el yen.
Según nuestras previsiones, este resultado tendrá un efecto dispar en los mercados de renta variable, con una penalización inicial a corto plazo a medida que el mundo se ajusta a un aparente aumento del riesgo económico y geopolítico. China supondrá un especial motivo de preocupación dado el discurso de Trump con respecto al comercio y los aranceles. Europa seguirá revelando una enorme fragilidad a medida que se van sucediendo más citas electorales, y puede que la temática antiglobalización persista.
En lo tocante a la economía interna estadounidense, los claros ganadores serán las infraestructuras, especialmente las carreteras, los puentes, los aeropuertos y los sectores que se beneficien de fusiones y adquisiciones y de la consolidación del sector, algo con lo que Trump se siente especialmente motivado. El sector financiero se verá favorecido por la relajación de la normativa Dodd-Frank, mientras que el sector de defensa probablemente prosperará. Otros sectores con posibilidades de avanzar son el consumo discrecional, el consumo básico, las telecomunicaciones, la energía y la minería.
Anticipamos que la relajación fiscal se materializará en forma de recortes fiscales, centrados en concreto en los consumidores de menor gasto, así como en un aumento de la inversión en infraestructuras. Dado el probable aumento de los déficits presupuestarios, prevemos una positivización de la curva de los rendimientos de la renta fija; además, Trump ha realizado algunos comentarios desconcertantes sobre una falta de compromiso con el reembolso de la deuda.
El proteccionismo comercial constituye tal vez el mayor temor en el ámbito económico, ya que podría traducirse en una situación de «estanflación». Las expectativas de inflación en Estados Unidos ya han experimentado un vuelco, y el proteccionismo agravará dichos miedos. A fin de cuentas, la incertidumbre sobre la política monetaria, el proteccionismo y la relajación fiscal no propician un entorno de tipos más reducidos.
De forma más general, este resultado podría traer consigo grandes repercusiones que llevará tiempo entender, entre las que se incluye, por ejemplo, el papel de Estados Unidos en el seno de instituciones internacionales como la OTAN, el FMI y las Naciones Unidas. El electorado estadounidense ha votado por el cambio, si bien cabe recordar que las políticas mencionadas por Trump han sido un tanto superficiales y no sabemos cuáles de sus anuncios de campaña se utilizarán en el proceso de una rigurosa formulación de políticas. Se irán dando más acontecimientos en las semanas venideras, pero puede que, entretanto, los mercados sigan mostrando volatilidad conforme lidian con la continua incertidumbre.
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