Finanzas personales Feelcapital
Vamos a iniciar una serie de entradas sobre cómo evaluar la tolerancia al riesgo de un inversor a través de un cuestionario estándar, basándonos en el estudio de N. Linciano y P. Soccorso, para explicar cómo podemos saber cuál es la aversión al riesgo de nuestros clientes con tan sólo 10 preguntas en sus finanzas personales.
La evaluación de la tolerancia al riesgo de los inversores por empresas de inversión es un tema crucial, tanto para los reguladores como para la industria. La literatura económica y psicológica ha identificado un conjunto de factores que afectan a las preferencias de riesgo, a la percepción de los individuos y una serie de características que hacen del cuestionario una herramienta eficaz para la obtención del perfil de riesgo.
En esta serie vamos a analizar los cuestionarios utilizados por una muestra representativa de intermediarios en el cumplimiento de las obligaciones de idoneidad dictadas por la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID). A la luz de la literatura económica y psicológica se revisa la forma en la que los cuestionarios están estructurados, teniendo en cuenta tanto su contenido como su redacción.
En cuanto a contenido, varias limitaciones afectan a los cuestionarios. Las preguntas utilizadas para evaluar los conocimientos y la experiencia de inversión del cliente son pobres: a menudo se basan en la autoevaluación de los individuos y no están dirigidas a comprobar el conocimiento de los clientes en relación a nociones básicas como la relación entre riesgo y rentabilidad esperada y la diversificación de la cartera. Además, la «medición» de actitud ante el riesgo casi siempre se superpone a la identificación del período de tenencia y el objetivo de la inversión, en contraste con la sugerencia de los estudios, que indican que estos puntos deben ser cubiertos de forma independiente, ya que se ven afectados por diferentes factores. La forma en la que las preguntas suscitan la tolerancia al riesgo no controla esos sesgos cognitivos y conductuales que podrían inducir respuestas erróneas.
En cuanto al texto, las preguntas son a menudo vagas, ambiguas y usan un lenguaje complejo poco probable de ser entendido.