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Gestión activa de la Renta Fija

A principios de año, muchos clientes nos preguntaban en qué medida debían estar presentes en renta fija en 2015. En ese momento vivíamos en un entorno de TIRs de los bonos en mínimos históricos (incluso negativos para ciertos plazos en varios países) y con un futuro de incertidumbre, en parte por las previsiones de subidas de los tipos de interés en Estados Unidos en el primer semestre y en parte por el escenario de tipos planos para Europa y Japón, con programas de recompra de bonos en ambos países que podían alterar el normal funcionamiento de los mercados de renta fija.

Hoy, la situación de los mercados sigue generando ciertas dudas en los inversores. Las TIRs han rebotado con fuerza desde sus mínimos, con una subida inusitada en un corto periodo de tiempo, a pesar de que en términos absolutos siguen en niveles muy bajos históricamente hablando. Grecia ha complicado el escenario –especialmente para la renta fija europea- y la previsible y esperada subida de tipos por parte de la Reserva Federal se ha retrasado hasta después del verano… como mínimo.

Con todo esto, los inversores siguen preocupados sobre la presencia que deben mantener en el mercado de renta fija, si hay todavía potencial de obtener rentabilidades interesantes. Nuestra respuesta es la misma que a principios de año: si, hay que tener una presencia significativa en renta fija porque es un activo imprescindible en una cartera diversificada. Y también respondo afirmativamente a la pregunta de si es posible obtener una rentabilidad relativamente atractiva en este activo (teniendo en cuenta, claro está, que en el escenario actual es impensable ver retornos como los vividos en los últimos años).

La fórmula mágica para lograrlo está formada por dos componentes básicos. En primer lugar, el equipo de gestión. Hay que apostar por gestores con una larga experiencia a sus espaldas, que hayan demostrado sobradamente su valía en distintas fases del ciclo de mercado y que sepan reaccionar con prontitud a las condiciones cambiantes del entorno. Obviamente, esto implica una gestión activa y dinámica que permita identificar las oportunidades de inversión cuando aparezcan y que gestionen los riesgos (duración y universo de Renta Fija), de forma activa. Y por último, es imprescindible invertir en fondos muy flexibles, que puedan variar la composición de la cartera si las condiciones del mercado lo requieren, como ha sucedido en esta primera mitad del año y como me temo va a seguir sucediendo en lo que queda de 2015.

 

Iñigo Escudero, Director de Ventas de Invesco para Iberia y Latinoamérica

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