Podríamos definir el market timing como una estrategia de inversión en la que el inversor intenta anticiparse al mercado usando algún indicador económico o técnico. El inversor compraría y/o vendería activos, en nuestro caso fondos de inversión, antes de los cambios de tendencia en el mercado para obtener así un mayor beneficio.
Morningstar ha publicado un estudio en el que analiza los efectos del comportamiento de los inversores europeos en los retornos que perciben.
Datos sobre los efectos del market timing en las inversiones en fondos
El dato principal que saca a relucir este estudio es que los inversores perciben una rentabilidad neta menor que la del fondo, en concreto un 0,34% anual de media. Siendo la categoría de fondos alternativos, con una diferencia del 0,58% anual, y la de fondos de inversión de renta variable, un 0,39% anual, las que mayor diferencias registran.
El fenómeno de una mala elección del timing está muy extendido. Concretamente, en fondos de renta variable la mayor diferencia de rentabilidad se encuentra entre los fondos de inversión más concentrados, tales como los fondos que invierten en un único país emergente o en fondos sectoriales. Este tipo de fondos no suelen ser parte de lo que se llama “core” o núcleo central de una cartera, prestándose así a caer con mayor facilidad en estas estrategias de intentar predecir el mercado.
En ediciones anteriores de este estudio, en Estados Unidos, habían visto que las rentabilidades de los inversores eran inferiores a las rentabilidades totales; y pese a las diferencias en las culturas de inversión entre EEUU y Europa, este estudio viene a demostrar, según Matias Möttölä -Senior Manager Research Analyst para Morningstar-, que “en conjunto, los inversores tienden a comprar después de que un fondo haya subido y tienden a vender después de que ha perdido valor”.
Por qué NO hacer market timing
La conclusión fundamental que podemos sacar de este estudio es que intentar hacer market timing en las inversiones en fondos o tratar de anticiparse al mercado, produce unos menores retornos, de media, del que tendría un inversor que no sigue este tipo de estrategias.