La definición de vender en corto vendría a ser “la operación financiera consistente en la venta por un agente que interviene en el mercado de un activo que no posee”. No es, ni mucho menos, una práctica innovadora ya que casi desde que existen los mercados bursátiles ha habido gente que ha apostado en su contra.
Se cree que los primeros en vender en corto al público generalista fueron la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales en 1602. En 1608 Isaac le Maire, un antiguo director, juntó un sindicato que vendía acciones que no poseía y luego difundían rumores sobre la compañía para bajar su cotización. En el momento de liquidar dichos contratos el sindicato podría comprar las acciones a mercado a un precio menor del que las habían vendido originalmente obteniendo así un beneficio. Cuando la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales se enteró de estas prácticas las tildó de “viles” ya que eran “dañinas para los inversores y especialmente para las viudas y para los huérfanos” que poseían acciones de la compañía.
Los vendedores de corto, los que apuestan que los precios de los activos caerán en lugar de subir tienen sus prácticas controladas y no pueden hacer lo que hacía Le Maire en 1608. Hoy, los vendedores en corto buscan empresas sobrevaloradas ya sea por un exceso de optimismo de los mercados o por casos de fraude. Suelen describir su trabajo como el de los periodistas de investigación que pasan meses e incluso años revisando documentos y consultando fuentes para descubrir conductas indebidas que otros hayan pasado por alto.
Después de consolidar sus apuestas, algunos vendedores en corto publican reportes en los que enseñan las pruebas que han encontrado esperando que los inversores vendan y disparen una caída del precio de la acción.
Pese a su discutible fama es difícil censurar el trabajo del que busca indicios de malversación corporativa. Gracias a estos vendedores de corto se han destapado grandes escándalos en el mundo empresarial. El escándalo contable de Enron, la energética estadounidense, en 2001 es uno de los más sonados pero el fraude de Wirecard, la empresa de servicios financieros alemana, que colapsó en 2020 es otro ejemplo conocido. En España tenemos como ejemplo el caso de Pescanova.
Por último, debemos saber que vender en corto es un negocio difícil de rentabilizar. El retorno está limitado ya que el precio de una acción no puede caer por debajo de cero, pero siempre puede crecer de manera indefinida convirtiendo las potenciales pérdidas de estos vendedores en corto en ilimitadas.