Diario

El auge de la Inversión Socialmente Responsable (ISR)

Inversión Socialmente Responsable

En los últimos dos años han crecido un 16,3% en España. Su patrimonio es cercano a los 170.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 20% más que el resto de la industria de fondos. Hablamos de los fondos de Inversión Socialmente Responsable (ISR), en inglés Socially Responsible Investment (SRI).

Los datos han sido obtenidos del “Estudio Spainsif 2016”. No existe una definición para los fondos universalmente aceptada. En Invesco los definen como aquellas inversiones que siguen “un proceso de selección de inversiones que conlleva una amplia variedad de aspectos, desde criterios negativos y de exclusión de compañías hasta otros criterios positivos en los que los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo forman la base de los procesos de selección”.

Pero, ¿qué criterios se han de seguir para que un fondo sea socialmente responsable? Cada gestora tiene sus propios criterios, por lo tanto, cada Institución de Inversión Colectiva tendrá su propio ideario que no tiene por qué coincidir con el del resto de IIC. Existen criterios exigibles para poder usar la denominación “ISR”, pero básicamente se podrá usar cuando los valores en cartera o la mayoría de los mismos cumplan con criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.

Por otro lado, en cuanto a la rentabilidad, habría que llevar a cabo un amplio estudio para determinar si resultan menos, igual o más rentables que los fondos convencionales. Pero lo que sí está claro es que la composición de esta cartera tiene un menor riesgo socio ambiental, lo que podría contribuir a evitar pérdidas debido a estas cuestiones. Por ejemplo, si invertimos en un fondo que incluye en su cartera una empresa a la cual echan en cara un desastre medioambiental, podría disminuir el valor en bolsa de esta empresa, afectando así al valor del fondo. Es un simple ejemplo de cómo el riesgo socio ambiental existe y cómo con estos fondos podemos evitarlo.

En definitiva, la inversión socialmente responsable tiene dos objetivos esenciales: el impacto social y los beneficios económicos. Aunque los dos no van necesariamente de la mano, ya que solo porque una inversión se presente como socialmente responsable no significa que vaya a proporcionar a los inversores un buen retorno.

Los fondos responsables se irán incluyendo cada vez más en las carteras de los inversores. Los datos del inicio del post así lo muestran y cada vez son más las gestoras que deciden lanzar productos financieros ISR accesibles para cualquier tipo de inversor.

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