EAFI

El futuro de las EAFI con MiFID II

 

La MiFID (Markets in Financial Instruments Directive) es la directiva europea que, desde 2007, se encarga de la regulación de los mercados de valores; los instrumentos financieros que en ellos se negocian; y la relación y la organización con los clientes de las entidades financieras que prestan servicios de inversión y protección al inversor. Y muchos se preguntarán ¿Qué cambios introduce este segundo episodio de la directiva europea de instrumentos financieros? ¿Cómo afectará a las EAFI? ¿Y a los inversores?

Mientras que la primera directiva MiFID cubría solo la renta variable, MiFID II incluye bonos, derivados, materias primas y productos estructurados. Esto se debe al interés de los reguladores en impulsar la negociación de una mayor variedad de clases de activos en plataformas o sistemas de negociación reconocidos. Los elementos claves relativos a la transparencia incluyen disposiciones para la presentación de informes extendidos y controles más estrictos sobre trading.

Las EAFI en MiFID II

Para las EAFI el cambio más significativo tendrá lugar en el marketing y distribución de productos financieros, debido a las nuevas normas propuestas relativas a la remuneración. Por este motivo, la nueva normativa repercutirá en gran medida sobre las compañías que recomiendan sus propios productos. Se diferenciará entre asesores dependientes e independientes. Los primeros, podrán cobrar incentivos, siempre que informen debidamente a los clientes sobre cada uno de ellos. Los independientes, en cambio, solo podrán cobrar de sus clientes, sin que puedan cobrar retrocesiones de ningún tipo.

Todo esto supondrá un duro golpe para agentes financieros y EAFI, ya que la eliminación de retrocesiones llevaría aparejada una bajada de los márgenes de intermediación. Se desatará así una guerra de precios para ganar clientes entre las entidades que más dispuestas estén a bajar sus comisiones por contrato de asesoramiento. El aumento de las exigencias de control, información y documentación conllevará un aumento de costes operativos; y clasificará a los clientes en función de su nivel de asesoramiento.

Repercusión para los inversores

En este sentido, nos encontraremos con inversores que, necesitando únicamente una gestora, entidad o plataforma desde donde operar, decidirán por sus propios medios su política de inversión. Otros, que recibirán un asesoramiento puntual o recurrente (en este sentido el asesoramiento puntual no podrá ser superior a 4-5 recomendaciones por año y activo, y el asesoramiento recurrente recomendará de manera continuada respecto a sus carteras de inversión, pero tendrán que firmar un contrato de asesoramiento que conllevará un coste fijo). Por último, nos encontraremos con los clientes gestionados, que contarán con vehículos diseñados para su perfil de riesgo a los cuales adherirse, por lo que desaparecerá el contrato de asesoramiento.

Por todo esto, habrá que estar muy atento a la implantación de esta nueva directiva y la repercusión que tendrá sobre las EAFI y sobre los inversores, ya que sin lugar a duda revolucionará el mercado y estos tendrán que adaptarse a esta nueva legislación. Renovarse o morir.

 

 

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