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Mi incorporación a Feelcapital

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Buscar trabajo no es fácil. La realidad es que si no tienes experiencia, o tan sólo unas prácticas de unos meses, es complicado encontrar algo decente hoy en día.

Por un lado siempre vas a lo más seguro y piensas: «cuanto más paguen, mejor». Así, ordenando las posibles ofertas de trabajo, empiezas a desechar las que aparentemente no aportan tanto para poner por delante en tu lista a las empresas más grandes, las más internacionales, etc. Pero en el proceso se va diluyendo tu ilusión.

Tras días, semanas, buceando en los distintos portales de empleos y rellenando tediosos formularios en las numerosas páginas corporativas, todas tus ganas de participar en el día a día de la cultura de una empresa, de hacer algo distinto, se han ido esfumando ente currículums y cartas de motivación.

Tus preferencias se ven alteradas y casi cambian por completo tras golpearte de frente con la cruda realidad del mercado laboral. Los planes corporativos de formación a medida en tal sitio, las condiciones tan buenas de esta empresa, los planes de carrera de la otra, los pluses y demás accesorios que las ofertas regalan a la vista, derriten a los pocos ilusos que soñamos con un buen trabajo.

De esta manera, todo por lo que inicialmente aspirábamos al buscar trabajo se lo lleva el viento y la dura realidad del mercado de trabajo. Tu ilusión de formar parte de un ambiente joven y dinámico o de integrar un equipo en donde puedas alcanzar un crecimiento personal y profesional, poco a poco se desvanece, dejando espacio a la monotonía de la extrema división del trabajo.

Es cierto que la idea que tenemos de trabajo antes de buscarlo es muy distinta a la que luego nos formamos una vez ya trabajamos en cualquier empresa. Las decisiones que tomamos para elegir sitio, en el infinito universo de las prácticas remuneradas (o sin remunerar), no las tomamos ni mucho menos con conocimiento de causa. En absoluto. Las tomamos pensando, idealizando, y más veces de las que nos gustaría reconocer, dejándonos seducir por unas mejores condiciones, fundamentalmente económicas.

Pero no seamos ingenuos, hay más vida aparte de las grandes empresas multinacionales. De hecho, la mayor parte de los puestos de trabajo están fuera de ellas.

En España estamos viendo en la actualidad la importancia de las pequeñas y medianas empresas y lo claves que son para el crecimiento de la economía. Es ahí donde las startups juegan un papel fundamental. El impulso tan grande que están experimentando estas nuevas pequeñas empresas con ideas innovadoras que integran las TIC’s.

Esto las hacen muy atractivas para los nuevos y futuros profesionales, que aspiran a formar parte de un proyecto con el que identificarse, donde la participación y la creatividad son valores que se potencian.

Y ahí es donde aparezco yo. Estoy trabajando para una startup. Quién me lo iba
a decir.
Cuando me decidí por empezar en Feelcapital pensaba que era una apuesta arriesgada, y no sabía si hacía lo correcto o perdía el tiempo, pero lo que estoy comprobando es que realmente merece la pena y es un gran acierto.

Aquí, a pesar del poco tiempo que llevo, he podido experimentar un fenomenal ambiente de trabajo. El día a día es muy dinámico y está lleno de mil historias. Y la ventaja es que, siendo una startup, en todas ellas puedes aprender algo nuevo.

En Feelcapital todos tenemos un proyecto común que sacamos adelante con buen humor y trabajo duro. La cultura de la empresa se plasma en cada uno de nosotros, desde el que lleva menos tiempo (un servidor) hasta el más veterano. Se hace equipo de verdad.

Aspirar a un buen trabajo no significa aspirar a una posición más cómoda, significa estar dispuesto a integrar parte de un grupo que dependa de ti y tú de él, donde puedas llevar a cabo tus ideas y tu opinión importe.

Por eso, mi consejo a todos los que aspiran a un trabajo (mejor) es el siguiente: Arriesgaos. Apostad por aquello en lo que creéis, porque el fracaso ya lo tenéis. No escojáis el camino más cómodo, emprended, creed y trabajad duro. Porque el trabajo duro, cuando se cree en el proyecto, siempre da fruto.

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