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Quantitative Easing (QE): ¿Bueno o malo?

Quantitative Easing (QE), Bueno o malo

El QE (Quantitative Easing), o en español flexibilización cuantitativa, es una herramienta de política monetaria que actualmente está utilizando el Banco Central Europeo para aumentar la oferta del dinero.

El Quantitative Easing consiste en aumentar el exceso de reservas del sistema bancario mediante la compra de bonos de los gobiernos europeos para estabilizar o aumentar sus precios, y con ello reducir las tasas de interés a largo plazo. Este experimento de política monetaria ha generado dos ventajas: liquidez y confianza. Sin embargo, también ha distorsionado el mundo de las inversiones al reducir los rendimientos de los bonos a territorio negativo por primera vez en la historia.

Lo que buscaba el presidente del BCE, Mario Draghi, cuando comenzó con la QE, era evitar la delfación en la zona euro y devolver los niveles de inflación a los objetivos del BCE, por debajo del 2%. En diciembre de 2014, esta cifra se situó en un -0,2% anual. Su objetivo era aumentar el precio de los bonos para impulsar que bajen sus intereses. Así, los bancos se ven obligados a invertir en otros activos más arriesgados, y facilitan los préstamos a empresas y particulares. Y en teoría, hasta que no consiga los niveles de inflación que se ha marcado, va a continuar comprando bonos.

Por otro lado, existe una creciente inquietud entre los inversores respecto a la suerte del mercado de bonos y el riesgo de la explosión de su burbuja. Muchos temen que la inflación se descontrole y esto provoque una fuerte venta en la renta fija. Según un informe de Santiago López Díaz, analista de banca de Exane BNP Paribas, nos encontramos en la mayor burbuja de los 5.000 años de historia económica. López Díaz cree que las actuaciones de los bancos centrales no esta permitiendo que los mercados financieros se muevan libremente, y que cuando finalmente puedan hacerlo, la corrección será abismal.

Parece que por ahora, esos estímulos no están dando sus frutos y el mercado de bonos con intereses negativos sigue creciendo exponencialmente. El futuro es incierto, pero está claro que nadie da duros por cuatro pesetas. Ahora solo queda esperar a ver el desenlace de este experimento de política monetaria, que esperemos por el bien de todos, dé resultado.

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