El Banco Central de México subió al inicio del verano los tipos de interés del 4% al 4,25%. El Banco Central de Brasil los subió de mínimos del 2% en marzo hasta el 4,25%. Rusia los ha subido hasta el 5,5% en tres fases. Estos tres países pertenecen a un grupo de economías emergentes relativamente grandes que están subiendo los tipos de interés mientras la mayoría de los países desarrollados los mantienen en entornos cercanos al cero.
Si uno se fija en las declaraciones de los Bancos Centrales se puede observar que, de manera común, aparece la voluntad por mantener las expectativas de inflación bajo control. Pero en estos casos las razones para subir los tipos de interés poco tienen que ver con la inflación sino con los tipos de cambio. Los tipos altos mantienen el dinero de los inversores patrios en inversiones domésticas en moneda local y atraen capital extranjero que busca rendimientos altos.
En el entorno económico actual, subidas de tipos de interés reflejan una falta de ahorro interno que se confirma mirando la balanza por cuenta corriente de un país. A nivel contable, un déficit significa que los ahorros internos no son suficientes para cubrir las inversiones, para paliar este déficit se necesita capital extranjero y los tipos de interés actúan como aliciente.
Si nos fijamos en los países emergentes de Asia, la mayoría tienen un superávit en su balanza por cuenta corriente, además de un alto ahorro interno, por lo que mantienen sus tipos de interés bajos. Polonia y la República Checa, ambos con tipos de interés bajos, han podido aumentar su ahorro interno con garantías de la UE y con inversión directa de países de Europa occidental. Rusia sería la excepción, ya que tiene tanto tipos de interés altos como superávit en su balanza por cuenta corriente, pero en el caso particular de Rusia se debe a sus políticas monetarias y fiscales ultraconservadoras. Entonces si un Banco Central sube sus tipos de interés es, en parte al menos, porque quiere una divisa fuerte que le ayude a reducir los costes de importación pese a que se reduzca la inflación. Esto genera un aumento en la pendiente en la curva de tipos (la diferencia entre los tipos a corto y largo plazo) y genera oportunidades para realizar el carry trade. Cuando se usa la curva en los distintos plazos y la divisa no centralizada tienes oportunidades que los gestores de fondos pueden incluir en sus decisiones para lograr una mayor rentabilidad en sus posiciones de riesgo.