El auge del rendimiento de los bonos fue tan súbito que muchos están afirmando que podemos dar por cerrada la era de los tipos bajos. Desde principios de agosto, el bono a 10 años estadounidense llego a negociarse por encima del 4%, un nivel nunca visto en el periodo 2008-2021. El 23 de octubre, alcanzó un máximo de los últimos 16 años con un 5%. Estos movimientos han tenido efecto global en Europa, donde Italia corre grave peligro de entrar en una crisis fiscal por su alto nivel de deuda, y en Japón, que se aferra a los tipos bajos como puede.
¿Pero qué está pasando exactamente? En EE.UU. los inversores que tienen bonos tienen la opción de prestarlos en los mercados monetarios, en el que los tipos de interés a un día viene marcado por la Reserva Federal (FED). Por esta razón, el rendimiento de los bonos con menor vencimiento sigue las políticas de la FED. Aquellos bonos con mayores vencimientos deben tener en cuenta otro dos factores: El primero son las expectativas de cómo cambiará la FED los tipos de interés y el segundo es el premium por vencimiento que compensa a los inversores la posibilidad de encontrarse con algún imprevisto como que la previsión de la evolución de los tipos sea errónea o, aunque sólo sea en teoría, que el gobierno entre en bancarrota.
En este caso, tanto las expectativas de la política de tipos de la FED como el premium por vencimiento han aumentado los rendimientos. Algunos atribuyen la subida del premium de vencimiento simplemente a la oferta y a la demanda, otros apuntan a los fundamentales.
La realidad es que sea cual sea la causa los movimientos en el mercado de bonos de EE.UU. marca el camino al resto del mundo. Unos tipos de interés elevados en Estados Unidos tienden a subir el dólar, animando a otros bancos centrales a subirlos también para evitar sufrir inflación por unas importaciones más caras. Y el premium por vencimiento tiene una correlación global debido a la movilidad del capital.
Debido a estos contagios, los tipos de interés en la zona euro también se espera que sigan subiendo pese a que el cuadro aquí es diferente. Algunos analistas apuntan a que el bloque está ya en recesión. Los déficits fiscales son menores y la EU está buscando fórmulas para cortar el gasto público. Pese a que todo apunte que la era de los tipos bajos se ha acabado, hay que ser muy valiente para clausurar una tendencia que a nivel global lleva casi cuatro décadas.