Los bancos, los grandes titanes de las finanzas, se desinflan. Y no es por la ralentización económica, ni por el ‘brexit’. El gran problema al que les toca enfrentarse son las fintech.
El negocio tradicional de la banca ha sido el de guardar dinero de sus depositantes para después prestarlo a cambio de un interés. Con el paso del tiempo, estos grandes mastodontes empezaron a crear vehículos de inversión para que sus clientes pudieran invertir con ellos, llevándose por supuesto su trozo del pastel. Pero con el auge de las tecnologías les han salido competidores en todas sus ramas comerciales, y estos competidores además de hacer mejor su trabajo, son más baratos.
Empecemos con el negocio más antiguo de la banca: guardar dinero y prestar dinero. Es verdad que en este ámbito siguen siendo los bancos los encargados de guardar el dinero de los ciudadanos. Pero han aparecido competidores que cobran menos comisiones y que han eliminado uno de los mayores gastos para los bancos, y de las peores necesidades de los clientes: las sucursales. Así, en N26 todas las operaciones se realizan online, ni siquiera tienes que pasarte por una sucursal a enseñar el DNI y firmar un documento de apertura de cuenta, lo puedes hacer online a través de una webcam.
En lo que respecta a los créditos, diversas empresas fintech se dedican a poner en contacto a personas solventes que buscan un crédito, con personas que tienen dinero y buscan una rentabilidad mayor que la que le ofrecería un depósito de un banco. Este es el caso de Zank, que lleva funcionando desde finales de 2013.
Y en cuanto a la inversión para personas físicas, que mejor ejemplo que Feelcapital. Asesoramos en fondos de inversión escogiendo los mejores de entre más de 27.660 fondos de 248 gestoras diferentes. No tenemos acuerdos con gestoras que puedan provocar conflictos de intereses. No cobramos retrocesiones de los fondos que recomendamos ni comisiones de ningún tipo, por lo que somos 100% independientes. Esto no lo pueden decir los bancos, que suelen recomendar sus propios fondos de inversión y además cobran comisiones ocultas que no le cuentan al cliente.
Los bancos se han estancado, no han sabido evolucionar con los tiempos. Sus ramas comerciales se están diluyendo y les han salido competidores difíciles de combatir. Y aunque estos grandes mastodontes están intentando evolucionar, sus estructuras arcaicas son complicadas de modificar, tienen mucho lastre, tanto de personal como de sucursales. Si quieren sobrevivir no hay duda de que tendrán que realizar grandes cambios, una profunda reestructuración.