La guerra comercial entre EEUU y China ha generado un inesperado ganador, México, que a su vez ha supuesto un inesperado impulso para los gestores de fondos de inversión que se centraban en este país.
México ha visto grandes ganancias en los envíos a EEUU de productos equivalentes a los chinos afectados por los aranceles, desde cartulina hasta piezas de los aires acondicionados. Las importaciones de bienes de México han subido un 10%, hasta los 350.000 millones de dólares el año pasado, el mayor incremento en siete años. Esto ha contribuido a aumentar el déficit comercial estadounidense con el país azteca un 15%, hasta los 80.000 millones de dólares, pese a que México es otro de los países a los que el presidente Donald Trump tiene en su punto de mira. Mientras tanto, el crecimiento en las importaciones chinas se redujo un tercio aproximadamente.
Este “efecto colateral” subraya las dificultades para ganar una guerra comercial en una economía cada vez más globalizada, donde las empresas pueden deslocalizar su producción o buscar nuevos proveedores para evitar aranceles. Pese a prometer reducir el déficit comercial de EEUU, la realidad es que bajo el mandato de Trump este se ha disparado hasta los 891.000 millones de dólares, todo un récord histórico. Los recortes fiscales, que aumentan la demanda de importaciones, y los aranceles de represalia, que frenan las exportaciones, han sido dos de las causas más importantes para llegar a este récord.
Beneficios para los gestores de fondos de inversión
Antes de la presidencia de Trump, México ya empezaba a competir con China, en parte debido a la subida de los salarios chinos y gracias a su proximidad geográfica con EEUU, especialmente relevante en la era del e-commerce y los envíos rápidos.
Los beneficios para México se dejan ver a través de diversos sectores:
Después de los aranceles de EEUU a los metales y sus derivados, las exportaciones mexicanas de estos bienes se duplicaron mientras que las chinas se redujeron un cuarto. México también se consolidó como el principal exportador de verduras a EEUU.
Incluso está beneficiando a las pequeñas empresas, ya que después de imponer aranceles del 10% al hilo de seda los envíos desde México pasaron de 5.500 dólares en 2017 a 1,6 millones en 2018.
Todas estas circunstancias, y más que no desarrollamos, suponen importantes oportunidades para fondos de inversión, no solo para aquellos específicos del país americano sino también para aquellos fondos de inversión que en sus políticas incluyen a los mercados emergentes y/o mercados del norte y Centroamérica.
¿Un crecimiento limitado?
Estos beneficios que está cosechando el país azteca podrían tener una vida muy corta si EEUU y China alcanzan un acuerdo comercial. También si se ponen trabas políticas, como la reciente decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción de un aeropuerto de 13.000 millones de dólares cuando llevaban ya un tercio construido.