El Reino Unido era el miembro más discordante de la UE. Se unió tarde, se quejaba mucho y se ha convertido en el primer país en abandonarla. Sin embargo, el país anglosajón jugaba un papel útil en la UE. Desde su visión liberal de la economía hasta su frontal oposición al dirigismo, Reino Unido era un país con más apoyo del que a priori pueda parecer. Logró frenar la política de defensa común y acelerar el mercado único, probablemente sus dos hitos más importantes dentro de la UE y no estaba solo.
Ahora que se ha consumado el Brexit podemos analizar que, en contra de la visión generalizada, rara vez Reino Unido se encontró aislado en sus opiniones dentro de la UE pero sí que fue el que más ruido hizo por defenderlas. Ahora que ya no forma parte de Unión, ¿qué país se calzará sus botas?
En materia de economía y con las negociaciones de los presupuestos comunitarios, Reino Unido no era el único país que proponía limitar el gasto. Ya en 2018 hubo protestas por parte de Países Bajos, Alemania, Suecia y Dinamarca ante la posibilidad de eliminar el carrusel de efectivo.
La idea de la UE como potencia militar ha generado rechazos más allá de Londres. Alemania, que no suele llevar la voz cantante en materia de defensa, siempre da un paso adelante y cualquier propuesta que socave el papel de la OTAN como defensora de la UE se encuentra con su firme rechazo. Por no hablar de los Países Bálticos, que saben que la OTAN es la única que mantiene a los tanques rusos a raya.
Otro de los debates más sonados del Reino Unido en la UE fue su oposición al federalismo europeo, que ha ido muriendo poco a poco ya que otros muchos miembros también estaban en contra.
Los miembros más liberales se están uniendo contra el enfoque de la economía centrado en el estado que defiende Francia. Auto-denominados la Nueva Liga Hanseática, los Países Bálticos, los nórdicos, Irlanda y Países Bajos se reúnen regularmente para evitar el estatismo.
Cierto es que era el país más grande fuera del euro y del espacio Schengen, pero no todos los miembros cumplen todas las normativas europeas. Dinamarca ha optado por no adoptar el euro y también algunas políticas de justicia y de interior. Irlanda tampoco forma parte del espacio Schengen. La férrea disciplina fiscal suele flexibilizarse cuando involucra a Francia, y Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa se saltan a la torera las políticas migratorias.
Además, pese a que Reino Unido se ha ido, la UE seguirá manteniendo una isla en el noroeste de habla inglesa, con lluvia abundante y bajos impuestos: Irlanda.
Igual Reino Unido no era tan discordante después de todo…