No creemos que los recientes movimientos de las cotizaciones sean un reflejo de que la situación económica haya empeorado de forma significativa

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Por Stuart Canning, especialista de inversión en el Equipo Multi-Activos de M&G

Es natural pensar que cuando los mercados se mueven mucho, es por algún motivo. Al fin y al cabo, en la mayoría de los casos esta premisa es correcta: quizá tenga lugar un anuncio de beneficios, se comunique una decisión de política monetariaǂ o se publique algún dato macroeconómicoǂ, y los mercados parecen responder a dicho desarrollo como era de esperar. En otras ocasiones, sin embargo, la evolución de los precios no está tan clara y la gente se afana por encontrar posibles explicaciones.

Pero muchas veces, desgraciadamente, estas explicaciones no cuadran. A menudo, tras haberse observado grandes movimientos de las cotizaciones, los inversores tratan de encontrar una historia que los justifique. En el pasado hemos visto a los mercados caer por la mañana y subir por la tarde, y los comentaristas han empleado el mismo dato para explicar ambas situaciones.

En los últimos meses hemos sido testigos de caídas bursátiles bastante extremas, y se han propuesto todo tipo de historias para justificar la estampida de los inversores.

En nuestra opinión, estas fluctuaciones se deben al sentimiento, y no a cambios en las condiciones económicas globales subyacentes. De hecho, lo que ha cambiado es la aparente disposición de los inversores a concentrarse en los riesgosǂ y a ignorar los desarrollos positivos.

Creemos que los inversores están pasando por alto los numerosos factores que deberían redundar positivamente en la economía global, como la fortaleza del mercado laboral en Estados Unidos y el efecto de los menores precios del petróleo sobre las compañías y países que son consumidores netos de energía. También cabe destacar que la actividad económica, medida por el crecimiento del producto interior bruto (PIB), está mejorando en el mundo desarrollado, incluidas la mayoría de las regiones europeas (gráfico 1).

PIB de las regiones de la eurozona desde el comienzo de la recesión

Pensamos que la reciente evolución de las cotizaciones de la renta variableǂ refleja un temor generalizado a la posibilidad de un colapso financiero, debido en gran medida a los ecos de la crisis financiera global que golpeó a los mercados en 2008. En los últimos meses hemos visto una caída generalizada de las acciones bancarias, desde Estados Unidos hasta Japón y Europa, y creemos que cualquier intento de explicar su retroceso más allá del pánico generalizado parece fútil.

Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Inicialmente, el descenso de las acciones de los bancos se atribuyó a su exposición a las compañías de energía y de materias primas, que han acusado en gran medida el abaratamiento de sus productos. A continuación se echó la culpa al impacto de los tipos de interés negativos, antes de que los problemas europeos en torno a Deutsche Bank pasaran a un primer plano. Aunque todas estas explicaciones tienen un elemento de verdad, creemos que la envergadura y la rapidez de las caídas de los precios, unidas a la falta de una explicación coherente de por qué se están produciendo, sugieren que el miedo es su único motor.

Es indudable que el sistema financiero está muy interconectado, y los episodiosǂ de pánico pueden autocumplirse cuando se producen retiradas masivas de capitalǂ. Dicho esto, nos gustaría destacar lo improbable que es que los inversores no sean conscientes de estos riesgos, dada la experiencia de 2008 en adelante. Nosotros nos inclinamos a considerar que, tras las medidas regulatorias que se han implementado, los bancos están mejor posicionados actualmente –con más capital, liquidezǂ y mejores activosǂ– que antes de la crisis.

Esto no significa que no haya riesgos, pero no estamos convencidos de que los movimientos de los mercados de renta variable por sí mismos deban tomarse como un indicador de que los riesgos han aumentado.

Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.

ǂGlosario:

Activo: Cualquier elemento con valor comercial o de intercambio, que es propiedad de una empresa, una institución o una persona.

Capital: Los activos financieros, o recursos, de los que dispone una empresa para financiar sus operaciones.

Episodio: Una fase durante la cual los inversores permiten que sus emociones tengan un efecto en su toma de decisiones, lo cual puede causar que los mercados financieros se comporten de manera irracional.

Liquidez: Se considera que una empresa cuenta con mucha liquidez si dispone de abundante efectivo. Se considera que las acciones de una compañía son muy líquidas si pueden comprarse o venderse con facilidad gracias a que su volumen de negociación es elevado y constante.

Macroeconomía: Hace referencia al comportamiento de una economía a nivel regional o nacional. Los factores macroeconómicos como la actividad económica, el desempleo, la inflación y la inversión representan indicadores clave del comportamiento de una economía. A veces se usa simplemente «macro» como forma abreviada.

Política monetaria: La estrategia adoptada por un banco central para regular la cantidad de dinero en circulación (la oferta monetaria) y los tipos de interés.

Renta variable: instrumento financiero cuya rentabilidad no está definida de antemano, sino que depende de distintos factores entre los que destacan los beneficios obtenidos y las expectativas de negocio de la sociedad emisora.

Riesgo: La posibilidad de que la rentabilidad de una inversión acabe siendo distinta de la esperada. El riesgo incluye la posibilidad de perder parte de la inversión original.

 

Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments Ltd. Domicilio social: Laurence Pountney Hill, Londres, EC4R 0HH, Reino Unido, autorizado y regulado por la Autoridad de Conducta Financiera en el Reino Unido y su sucursal M&G International Investments Ltd., Sucursal en España con domicilio social en Plaza de Colón 2, Torre II, Planta 14, 28046, Madrid, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid al Tomo 32.573, folio 30, hoja M-586297, inscripción 1ª con CIF W8264591B y con número de registro de la CNMV 79.

Oportunidades en tiempos de volatilidad: debemos centrarnos en lo predecible

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Desde hace algún tiempo, los mercados se están enfrentando a fases de fuerte volatilidad, que generalmente son el resultado de acontecimientos externos e impredecibles. Lo mejor en un contexto de este tipo es intentar centrarse en lo predecible y no intentar medir el tiempo del mercado. En este sentido, hay dos tipos de inversores: los que intentan anticiparse al mercado y los que saben que no pueden hacerlo.

Los inversores están preocupados por muchos factores distintos: el frenazo de China y su impacto sobre los mercados emergentes, las señales de vacilación de la economía estadounidense, los bajos precios del petróleo y sus efectos, además de la incertidumbre ligada a las decisiones de los bancos centrales sobre sus políticas monetarias así como las dudas de estas medidas a la hora de impulsar la economía. No creemos que los responsables de los bancos centrales hayan gastado ya toda su munición pero, al mismo tiempo, tampoco está claro si están preparados para pensar de una manera menos convencional.

En este entorno de volatilidad en los mercados y dudas sobre las decisiones que afectarán a la economía, consideramos la renta variable de la zona euro como la mejor opción en términos geográficos. Las valoraciones en este mercado son más atractivas que en Estados Unidos y además el ciclo de ganancias para las empresas de la Eurozona es menos maduro que al otro lado del Atlántico.

Una de las propuestas de Degroof Petercam AM para 2016 es el Petercam Equities Euroland. Se trata de un fondo gestionado activamente, que busca batir a su índice de referencia, MSCI EMU Net Return. El fondo invierte en acciones de compañías cuyas sedes principales están en países miembros de la Eurozona. Las decisiones de inversión son el resultado de un enfoque combinado de análisis temático top-down y un análisis de stock picking bottom-up. La construcción de la cartera se basa en adquirir un menor riesgo de cola sin evitar ningún sector. Apuesta por compañías mediante un enfoque de convicción, empresas growth de calidad e inputs temáticos.

Tampoco podemos olvidar los bonos, que han funcionado extraordinariamente bien durante los últimos años gracias a la caída de los tipos de interés hasta mínimos históricos en Europa. Consideramos que los rendimientos deberían incrementarse gradualmente, apoyados por un crecimiento más fuerte y una mayor inflación hacia finales de año, aunque por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. En el entorno de la deuda soberana, los bonos ligados a la inflación podrían ofrecer una oportunidad interesante, ya que probablemente se beneficiarán del fortalecimiento que se espera de la inflación.

En Degroof Petercam AM contamos con varios fondos orientados a la inversión en este tipo de activos, como Petercam L Bonds Higher Yield, una estrategia total return global sin restricciones que incluye divisas emergentes. También Petercam Bonds EUR Corporate High Yield, que selecciona las mejores emisiones globales en euros y bate la rentabilidad de su índice de referencia con una volatilidad inferior, y Petercam L Bonds EUR High Yield Short Term, que invierte en emisiones en euro en diferentes sectores y siempre en compañías con un flujo de caja libre positivo para los 2-3 años, excluyendo el sector financiero, todo ello con el objetivo de preservar el capital.

Oportunidades para los inversores orientados al valor

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Giordano Lombardo, Director de inversiones del grupo Pioneer Investments, nos ofrece su opinión sobre varias cuestiones apremiantes para los inversores tras la reciente corrección experimentada por los activos de riesgo:

  • ¿Qué riesgo existe de que se produzca una nueva crisis financiera como la de 2008?
  • ¿Qué probabilidad hay de que la economía China se contraiga y cómo afectaría esta circunstancia a las tendencias deflacionistas mundiales?
  • ¿Qué grado de confianza se deposita actualmente en la economía de EE. UU?
  • ¿Las turbulencias que registra actualmente el mercado presentan oportunidades para los inversores a largo plazo?

Las actuales condiciones económicas y de mercado son extremadamente complejas. El crecimiento estructuralmente bajo, la alta deuda global y la baja inflación exponen la economía global a vulnerabilidades y riesgos de caídas. Los bancos centrales, aunque muy pendientes de la estabilidad financiera, pierden eficacia paulatinamente y pueden no ser capaces de contrarrestar con efectividad la volatilidad a medio plazo, como hicieron en la gran crisis financiera. Los mercados financieros han empezado a descontar un entorno muy negativo con una revisión de los diferenciales crediticios y una profunda corrección de los mercados de renta variable, que registran caídas entorno a un 8 % en lo que va de año. Sin embargo, si nuestra hipótesis de base se materializa —es decir, que el proceso de transición de China hacia un crecimiento más equilibrado no descarrile y que los mercados desarrollados resistan y eviten espirales deflacionistas—, creemos que la reacción excesiva del mercado puede presentar oportunidades de valor para los inversores a largo plazo. Sugerimos utilizar instrumentos de cobertura para contrarrestar el impacto asociado a la gran volatilidad y aumentar la exposición a clases de activos vendidos en exceso o que puedan aportar renta a una cartera diversificada, como mercados emergentesconcretos y bonos privados de EE.UU sobrevendidos, ya que creemos que pueden compensar a largo plazo.

¿Qué riesgo existe de que se produzca una nueva crisis financiera como la de 2008? En nuestra opinión, las condiciones de mercado son diferentes a las de 2008. El sector financiero ha registrado un profundo de desapalancamiento tanto en EE. UU. como en la zona euro. Instituciones como los bancos centrales y los supervisores han jugado un papel fundamental en la creación de una red segura para el sector financiero, en forma de recapitalización de los bancos y reducción de los riesgos sistémicos. Por lo tanto, consideramos poco probable que se produzca una crisis como la de 2008.

Al mercado le preocupa hoy más China y los efectos indirectos asociados a su proceso de transición. La evolución china de un modelo basado en la fabricación a uno basado en los servicios, de la exportación y la inversión al consumo, ya está afectando a los precios de las materias primas y a las economías integradas en la cadena de suministro de China, concretamente los mercados emergentes. Cualquierdesaceleración brusca de China alteraría el comercio y el crecimiento mundial, incluso en los mercados desarrollados, especialmente en un entorno como el actual, caracterizado por un crecimiento por debajo de la media, inflación baja, lenta evolución de la productividad y alta deuda. Una caída de la confianza en el éxito de la transición china también es un componente esencial de crisis.

La percepción de que el proceso se está gestionando de forma deficiente, la incertidumbre en la gestión de las expectativas de los inversores, la falta de claridad y las incoherencias políticas se han perfilado, sin lugar a dudas, como riesgos materiales en el entorno actual, capaces de desencadenar salidas de capital y de alterar los mercados cambiarios y los precios de los activos.

Hablando de China, ¿qué probabilidad existe de que una contracción de la economía china favorezca tendencias deflacionistas en todo el mundo? En esta fase, este no esta no es nuestra hipótesis fundamental. La transición económica de China hacia un modelo más equilibrado conlleva un índice decrecimiento más bajo a medio plazo, pero una economía más equilibrada y sostenible a largo plazo. No creemos que las autoridades chinas vayan a favorecer o aceptar una devaluación masiva del yuan mientras intentan liberalizar los mercados de capital ni mientras exista una enorme cantidad de deuda corporativa en dólares. Creemos que la devaluación de su moneda será moderada y observamos crecientesmuestras de que el Banco Popular de China se ha propuesto alejarse cautelosamente del índice ponderado por el comercio del dólar. Todavía disponen de recursos para intervenir, en forma de considerables reservas oficiales para contrarrestar las salidas de capitales y limitar la devaluación de su moneda, así como un buen superávit por cuenta corriente. Reconocemos que estos recursos no se utilizan siempre correctamente y que existe mucho ruido comunicativo en un proceso de aprendizaje práctico. Estas circunstancias generarán mucha volatilidad, pero creemos que los responsables políticos se han propuesto seriamente superar con éxito este momento vital del proceso de transición.

¿Qué perspectivas predominan actualmente con respecto a la economía de EE. UU.? Continuamos observando un crecimiento aceptable en EU. UU., especialmente en la economía interna. La actividad manufacturera se está ralentizando, influida por el debilitamiento del entorno exterior, pero la solidez del sector de los servicios y el consumo nacional equilibran esta tendencia. Los precios del petróleo están contribuyendo de forma positiva a la renta disponible de las familias y el mercado laboral sigue dando muestras de fortaleza. Es probable que la Reserva federal mantenga una postura incluso más acomodaticia de lo esperado. Por lo tanto, la perspectiva a corto plazo no ha empeorado radicalmente con respecto a los últimos meses. A largo plazo, la situación resulta más incierta, ya que no observamos mejoras materiales en el crecimiento de la productividad.

¿Las turbulencias que registra actualmente el mercado presentan oportunidades para los inversores a largo plazo? Los bancos centrales, a pesar de estar muy pendientes de la estabilidad financiera, pierden paulatinamente eficacia y cabe preguntarse si las herramientas a su disposición van a resultar tan eficaces para contrarrestar la volatilidad excesiva como lo han hecho a lo largo de los últimos cinco años. Por lo tanto, creemos que resultará esencial adoptar un horizonte de inversión más largo para sortear este entorno de volatilidad del mercado y centrarse en las oportunidades de valor. Si nuestra hipótesis anterior se confirma, creemos que los periodos de reacción excesiva del mercado, como los observados estos últimos días, deben verse como oportunidades para los inversores a largo plazo. Adoptando las medidas adecuadas de gestión de riesgo, creemos que la acumulación de clases de activos con valoraciones dignas de atención o capaces de ofrecer valor en términos de renta puede ofrecer una estrategia de inversión interesante para el futuro. Por ejemplo, observamos oportunidades en varias áreas del espacio del crédito, como las obligaciones a corto plazo en los mercados emergentes, nombres de alta calidad y en moneda fuerte; o en EE. UU., donde el mercado del crédito está descontando tasas de incumplimiento extremadamente altas, en particular en el sector de la energía. En el espacio de la renta variable, observamos amplias divergencias entre sectores y regiones, y favorecemos un enfoque altamente selectivo basado en las valoraciones y los fundamentales. Las valoraciones de la renta variable de los mercados emergentes son extremadamente baratas frente a los niveles históricos. Este hecho puede representar una proposición atractiva a largo plazo, con un enfoque selectivo.

 

 

Resumen de mercados

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La idea de que un inversor esté dispuesto a invertir sabiendo que va a perder dinero parece ridícula, y sin embargo el entorno actual de aversión al riesgo, junto con las políticas monetarias cada vez más relajadas de los bancos centrales globales, han empujado a las tires de los bonos gubernamentales a mínimos históricos. Como se muestra en el gráfico de esta semana, el 26% de los bonos gubernamentales globales tienen una tir inferior al 0%, lo que garantiza una perdida de dinero (en términos nominales) para aquellos que inviertan ahora y lleven el bono a vencimiento. Además, el 64% de estos bonos cuentan con una tir inferior al 1%. ¿Continuará este entorno de tires bajas o incluso nulas? El Banco Central de Japón y el Banco Central Europeo parecen estar ahora explorando la opción de tipos de interés negativos, y esto podría presionar incluso más a la baja las tires de los bonos en un futuro cercano.
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