Parece que la guerra comercial no ha hecho más que empezar y cada vez más inversores y gestores de fondos de inversión alertan del desmesurado optimismo de los mercados frente a la amenaza que supone la guerra comercial a la economía global y al valor de los activos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha sumado recientemente a estas advertencias señalando que las disputas comerciales podrían afectar negativamente al entorno positivo que se vive actualmente en los mercados; y podría también paralizar el crecimiento económico, esto se sumaría a un mayor coste de endeudamiento y unos déficits de expansión en EEUU.
Señales de mercado
Uno de los índices de Bank of America que mide la volatilidad de los títulos del Tesoro estadounidense cayó hasta casi mínimos históricos que se registraron en noviembre de 2017.
El rendimiento del índice de bonos del Gobierno de EEUU a 10 años, que rozó en mayo máximos desde hace siete años, cayó a principios de julio por debajo del 3% y sumado al entorno comercial ha hecho que algunos estrategas se cuestionen sus predicciones de mayores rentabilidades.
La posibilidad de que la imposición de aranceles se convierta en un toma y daca ha ayudado a avivar la tendencia del aplanamiento de la curva de tipos. Esta tendencia mantiene en alerta a la Reserva Federal estadounidense (FED) ya que la inversión en la curva tiende a preceder a una recesión y algunos indicadores de esta dan el mayor aplanamiento desde 2007.
Exceso de confianza en los fondos de inversión
Si tomamos como referencia la historia los inversores no deberían ser tan optimistas respecto al rebote de los precios de febrero, pero espoleados por el aumento de los beneficios y tres meses de subidas algunos gestores de fondos de inversión parece que albergan pocas dudas. Si nos fijamos en el posicionamiento de sus carteras, en general, son ligeramente menos alcistas que en los días previos a la crisis.
Uno de los factores que más llama la atención de los más cautos es el tiempo que está llevando al mercado recuperar las caídas de febrero.
Está claro que el comercio es un factor importante para la economía global pero la incapacidad de los mercados de absorber la subida de tipos de la FED es lo que conducirá a una desaceleración en los EEUU y, por tanto, al ciclo financiero global.