Las retrocesiones son comisiones que ingresan los comercializadores y los asesores financieros de las gestoras de los fondos de inversión por la labor de comercialización. El gran perjudicado es el inversor o partícipe, que ignora esta cuestión a la hora de efectuar sus inversiones y que generan en el distribuidor un conflicto de interés en detrimento del inversor.
No obstante, hay una clara diferencia entre los fondos internacionales y los fondos nacionales pertenecientes a grupos bancarios, en cuanto a la operativa de las retrocesiones se refiere. Mientras que las gestoras internacionales ceden entre el 70 – 90 % de la comisión de gestión a los distribuidores, las gestoras nacionales pertenecientes a grupos bancarios retroceden el 100% de los gastos corrientes a la matriz del grupo.
Por otro lado, el inversor debe conocer las comisiones que cargan los Fondos de Inversión, ya que pueden tener un impacto significativo sobre la rentabilidad.
Hay distintos tipos de comisión:
Comisión de suscripción: Comisión que cobra el banco por invertir en el fondo. No podrá ser superior al 5%.
Comisión de reembolso: Comisión que cobra el banco a cada partícipe cuando vende el fondo. No podrá ser superior al 5%.
Comisión de gestión: Comisión que cobra la gestora por gestionar. No podrá ser superior al 2,25%.
Comisión de depósito: Comisión que cobra el gestor si alcanza rentabilidad en un periodo. Esta comisión no podrá exceder del dos por mil anual del patrimonio.
Comisión de éxito: Comisión que cobra el gestor si alcanza rentabilidad en un periodo. No podrá superar el 18 % de los resultados.
Retrocesión: Comisión que cobra el banco por la labor de comercialización.