Las grandes empresas están viviendo en una utopía de deuda. A pesar de que poder financiarse a bajo coste por los tipos bajos ha espoleado el crecimiento de los beneficios corporativos durante muchos años, las grandes empresas se han visto poco afectadas por las alzas de tipos llevadas a cabo por los bancos centrales. Esto se ha debido principalmente a que durante la pandemia pudieron financiarse ampliamente a un tipo de interés fijo muy bajo. Al final todas tendrán que refinanciar su deuda a un tipo de interés mucho mayor y esto podría suponer un problema como ya contamos.
Pero no todas las empresas están saliendo indemnes de las alzas de tipos. De hecho, bastante de la deuda de las empresas está en deuda con interés variable que se ajusta con el mercado que ahora resulta mucho más cara que antes. Esta pila de deuda consiste principalmente de préstamos apalancados y deuda de mercados privados. Como las empresas rara vez cubren los riesgos de tipos muchas se encuentran pagando ahora un ojo de la cara.
Mientras, ya que el crecimiento económico se mantiene estable, los bancos centrales advierten que los tipos de interés se tendrán que mantener altos durante más tiempo lo que va a llevar a cada vez más empresas a un punto crítico.
Desde 2010, según datos de Fitch, la tasa de morosidad media de los préstamos apalancados era inferior al 2%. Desde julio de 2022 a julio de 2023 subió desde el 1% al 3% y según sus previsiones podría llegar al 4,5% en 2024. Estos datos pese a estar lejos del 10% que vimos durante la crisis financiera del 2008 empiezan a ser algo que tener en cuenta.
Pese a que los problemas en el mercado de los préstamos apalancados es poco probable que provoque una crisis financiera la falta de conocimiento de la deuda de los mercados privados han hecho que los reguladores empiecen a preguntar por ella. En agosto, la SEC, reguló para aumentar la transparencia de este mercado, incluyendo la obligatoriedad de presentar estados financieros trimestrales. El mes siguiente, la Organización Internacional de Comisiones de Valores advirtió de la opacidad de los mercados privados de deuda y el riesgo que esto supone así que la deuda de las empresas, como vaticinamos, puede ser el próximo problema financiero al que nos enfrentemos.