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Por qué los estadounidenses no quieren el TTIP

Por qué los estadounidenses no quieren el TTIP

 

Primero, para situarnos, saber qué es el TTIP. La Asociacion Transatlántica para el Comercio y la Inversión o TTIP por sus siglas en inglés (Transatlantic Trade and Investment Partnership) es una propuesta de tratado de libre comercio entre la UE y los EEUU.

En Europa se habían oído algunas voces en contra de este tratado, pero por lo general poco se ha escuchado y poco se conoce sobre cómo va a afectar a temas como las importaciones o la inversión.

Lo que está empezando a ser noticia es la aparición de este tratado en los medios estadounidenses debido a la proximidad de las elecciones presidenciales.

Los EEUU y la Inversión

Lo que preocupa a los estadounidenses es que se perdieron entre 1999 y 2011 casi 6 millones de empleos manufactureros. El tamaño de esta pérdida de empleos no es significativa, ya que la economía americana crea y destruye unos 5 millones de puestos de trabajo al mes.

Sin embargo, un estudio reciente llevado a cabo por los economistas de las más prestigiosas universidades americanas ha encontrado un dato preocupante. Un quinto de los empleos destruidos entre 1999 y 2011 se debió a la competencia China, y aquellos que perdieron su puesto de trabajo no volvieron a encontrar otro cerca. Tampoco buscaron un nuevo empleo en otras partes del país, ya que se observó un aumento o bien del número de parados o bien de aquellos que dejaban de ser mano de obra activa solicitando, en la mayoría de los casos, beneficios por discapacidad, que reciben un 5% de los americanos entre 25 y 64 años.

Miedo a la inversión extranjera

Las consecuencias de este estudio han hecho del tratado una piedra de toque en la carrera por la presidencia americana. Donald Trump, el controvertido candidato republicano favorito, ha prometido aplicar tarifas prohibitivas a las importaciones que vengan de China y México. Bernie Sanders, el rival de Hillary Clinton y uno de los posibles candidatos del partido demócrata, luce con orgullo su oposición a los tratados comerciales.

La propia Hillary Clinton ha dado marcha atrás a su apoyo al tratado transpacífico de cooperación económica negociado por Barack Obama, y se espera que haga algo similar con el TTIP para el comercio y la inversión con la UE.

El libre comercio fue uno de los motores de las décadas prósperas que se vivieron después de la segunda guerra mundial en Estados Unidos y otras partes del mundo. Sin embargo, los principales políticos americanos no solo tienen miedo de promulgarlo sino que echan más leña al fuego de los detractores.

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