El tamaño de la deuda china es enorme y está creciendo cada vez más rápido. El problema es que lo que una vez sirvió como potente impulso económico, parece que ya no está funcionando de la misma manera.
Lo cierto es que pese a que el tema parece ser problemático, no es tan grave como parece. La mayor parte de esa deuda está en manos locales dentro de un sistema financiero cerrado en gran parte, lo que permite a los dirigentes chinos cierto margen de maniobra para solucionar el problema y por tanto resulta beneficioso para la economía global.
Visión general de la deuda china
La deuda total de China alcanza 2,5 veces el tamaño de su economía y consume casi un tercio del Producto Interior Bruto (PIB). Las grandes corporaciones son de lejos los mayores deudores, concretamente las empresas de propiedad estatal.
Mientras que el tamaño total de la deuda china no parece tan preocupante comparada con economías como la estadounidense o la japonesa, es la velocidad a la que está creciendo lo que alarma a los inversores.
Otra señal de alarma es que China no está recibiendo tanta compensación económica aumentando su PIB, como demuestra el gráfico de crecimiento contra PIB per capita en el que se aprecia una línea bastante plana.
¿Problemas para la economía mundial?
Como es el caso de Japón, la deuda china está en su mayoría financiada localmente y se encuentra respaldada por una cantidad enorme de depósitos domésticos, lo que hace muy poco probable el estallido de una crisis financiera asiática.
Por otra parte, los activos de las empresas estatales chinas (las mayores responsables de la deuda), que se encuentran al otro lado de la balanza y con frecuencia se pasan por alto, también poseen activos que pueden vender en caso de necesitar recaudar dinero para pagar los préstamos.
El crecimiento de la economía mundial se ha sustentado en los últimos años, en parte, en los factores de crecimiento impulsados por China; y en un entorno económico mundial débil como el actual el problema de la deuda china -que a priori podría resultar clave-, apenas se ha abordado en la última reunión del G20 en Hangzhou, con lo que podemos pensar que no somos los únicos a los que no les parece un problema tan grave.
