Fondos de Inversión Feelcapital
¿Te acuerdas de El Show de Truman? La película gira en torno a un reality televisivo en el que la vida de su personaje principal, Truman (Jim Carrey), está totalmente controlada y dirigida por el director del programa Christof (Ed Harris) que le filma las 24 horas del día y comparte con miles de telespectadores. ¿No has pensado nunca que tus movimientos han sido totalmente controlados en algún momento?
Todos tenemos cuentas bancarias donde disponer de nuestros Fondos de Inversión. En nuestro banco de toda la vida realizamos transacciones, nos conceden préstamos, abrimos depósitos y recibimos servicios como el asesoramiento financiero. Pero, ¿te has planteado que quizá seas Truman para tu banco?
En la película, Christof era el máximo responsable del reality y dirigía al milímetro lo que acababa viviendo Truman en su día a día. ¿No crees que los bancos con su monopolio actúan como Christof y tú te conviertes en Truman cada vez que pisas tu sucursal? Ellos lo controlan todo y hasta llegan a manipularte, son la mano que mece la cuna.
Te acabas “casando” con un banco, el que te genera más confianza y te ofrece lo que crees que es mejor para tu bolsillo. Truman se casó con Meryl, y le entregó su amor y su confianza. Meryl parecía ser la perfecta compañera de viaje, le amaba, compartía sus éxitos y fracasos, daba los mejores consejos, le escuchaba y comprendía. El director de tu banco consiguió, o ha conseguido, lo mismo contigo, generar ese sentimiento de seguridad en la decisión que tomaste al elegirlo para confiarle tu amor, tu dinero.
Marlon era el mejor amigo de Truman, con el que tantos momentos compartió, partidos de fútbol, cervezas y charlas infinitas en las que parecía posible arreglar el mundo. Vivían la vida de la misma manera y Truman, estando con él, se sentía como en casa, relajado y confiado. Seguro que tienes alguien de confianza en tu banco de toda la vida, ese asesor simpático y amable que “te entiende” y “cuida con mimo” tu economía. Un amigo que se sienta contigo y con el que acabas compartiendo los mismos puntos de vista, que nunca te fallará. ¡Confiando en él, nada puede salir mal!. Este sería el mismo modelo que sigue tu asesor bancario, que se hace el simpático y te endosa los Fondos de Inversión que más le rentan al banco.
Los padres de Truman, como los Reguladores Financieros, le “protegían” y siempre miraban por su seguridad. Sus creencias regían sus principios y su comportamiento. Así, él vivía su vida con convicción y sobre unos pilares que creía sólidos, igual que haces tú con tu vida financiera.
La película recrea la vida de Truman desde sus primeros recuerdos en la guardería. Su vida podría haber sido perfectamente tu vida. En el reality todo era tan real que nada hacía pensar a Truman que todo era falso y artificial, que su vida había sido ideada y modelada por Christof, pese a que todas las personas que quería en su vida eran actores que fingían ser quienes no eran. De esta forma, el tráfico, el trabajo, la gente por la calle y hasta la lluvia seguían una rutina programada.
¿Recordáis cómo acaba la película? Sylvia, la mujer de la que Truman acaba enamorándose, inicia a espaldas de Christof una campaña para liberarle. Justo antes de que el equipo se encargue de llevársela para que no desvele la verdad a Truman, le advierte: “Mi nombre no es Sylvia, todo esto es una mentira, todos saben lo que haces, todos simulan…”. Deja abierta la puerta para que Truman descubra la realidad. Es cuando a él le entran las dudas y comienza a desconfiar de todo.
Los inversores vivimos en ese mundo artificial que han orquestado para nosotros y en el que todo es controlado y dirigido. Tan solo los asesores independientes consiguen que sus clientes tengan las carteras adecuadas a sus perfiles de riesgo. No se mueven por los mismos intereses y actúan como Sylvia. Son capaces de mostrar la verdad permitiéndonos recobrar nuestra libertad prohibida y abrir una puerta al conocimiento, descubriéndonos otras opciones para invertir nuestro dinero. Así podremos encontrar nuestra verdadera identidad financiera, la que a tan temprana edad económica nos arrebataron.
¿Es posible acabar con las prácticas que los bancos utilizan para llevarse parte de nuestro dinero? Son innumerables las hojas de condiciones con letra tamaño microscópico que “leemos” antes de contratar un producto bancario. Pero, realmente ¿Quién las lee? ¿Alguien las entiende?
Hasta hace poco confiábamos en la palabra de nuestro banco, pero es el momento de despertar y descubrir la verdad. Debemos ser como Truman y preguntar al banco “¿quién eres?”, aunque nos responda igual que lo hizo Christof “Tienes miedo por eso no puedes irte. Está bien. Comprendo. Te he observado toda tu vida, cuando naciste, cuando diste tu primer paso, tu primer día de escuela, cuando perdiste tu primer diente; no puedes irte, tú perteneces aquí”. ¿De verdad te vas a seguir creyendo esa mentira?