Le remitimos al glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.
La pandemia de coronavirus ha tenido un impacto enorme en
la economía global. La actividad se ha secado en todo el mundo, con menos
consumidores comprando y menos empresas invirtiendo.
En marzo de 2020, la tasa de inflación anual en la
eurozona (medida por el índice de precios de consumo armonizado) había caído
hasta el 0,7%. Este nivel está por debajo del objetivo del Banco Central
Europeo (inferior pero cercano al 2%), y la entidad anticipa que caerá más si
cabe este año[1].
La inflación podría caer en primera instancia…
El descenso de la inflación obedece a varios factores. El
confinamiento social impuesto para combatir la propagación del virus nos ha
obligado a quedarnos en nuestras casas, con lo que en general hemos gastado
menos. Y a nivel mundial, también hemos recortado en gran medida nuestros
viajes y desplazamientos en coche.
Esto ha contribuido al profundo descenso de la demanda
global de petróleo. El 20 de abril de 2020, el precio del crudo West Texas
Intermediate (WTI, el petróleo estadounidense de referencia) cayó por debajo de
cero por primera vez en la historia: con tan poca demanda, unida a temores en
torno a la capacidad de almacenamiento, los productores se mostraron dispuestos
a pagar para que les quitaran el crudo de las manos.
Históricamente, el precio del petróleo ha sido un
barómetro de la salud de la economía mundial, dado su papel crucial en la vida
moderna (desde el transporte hasta la fabricación de alimentos y productos
químicos). El abaratamiento del petróleo debería traducirse en menores costes
de producción para una amplia gama de bienes, reduciendo con ello la inflación.
El descenso de la demanda en toda la economía es otro
factor desinflacionario. Pese al respaldo sin precedentes por parte de los
gobiernos europeos para ayudar a los trabajadores y a las compañías, la
seguridad laboral y la confianza de los consumidores se han desplomado. La
incertidumbre económica y la amenaza de desempleo hacen que mucha gente sea más
reacia a gastar, y que muchas empresas estén menos dispuestas a invertir en
capital.
…pero luego podría volver a escena
Muchos de los motores del descenso de la inflación son de
naturaleza transitoria, debido al confinamiento. A no ser que el daño
ocasionado a la economía sea duradero, anticipamos un repunte del gasto una vez
se vuelva en cierta medida a la normalidad. Después de todo, es probable que
los consumidores hayan aplazado un abanico de compras que todavía tienen
intención de realizar, y cabe esperar que las compañías den luz verde a
inversiones pospuestas una vez consideren que existe más certidumbre.
En función de cuánta demanda esté reprimida y de lo
dispuestos que estén los consumidores y las empresas a desprenderse de su
ahorro cuando comencemos a emerger de la crisis, el aumento del gasto podría
impulsar la inflación. Después de todo, más dinero perseguirá una cantidad
igual (o potencialmente inferior) de bienes y servicios.
A largo plazo, existe preocupación en torno a otras
posibles presiones inflacionarias. Los precios también pueden subir porque
existe una menor oferta de productos. El caos provocado por la crisis está
trastornando enormemente el comercio y provocando la quiebra de muchas
compañías. Esto podría restringir la oferta de bienes y la competencia en la
economía global, contribuyendo a mayores precios finales.
Un mayor gasto por parte de muchos gobiernos europeos
también podría redundar en una mayor inflación. Además de programas de ayuda
salarial y préstamos a compañías para ayudar a las economías a superar el
periodo de confinamiento, el gasto público podría subir para estimular la
actividad económica.
Protección frente a una inflación creciente
Debido al mayor grado de incertidumbre en los mercados
globales, resulta difícil pronosticar el entorno de inflación con confianza. No
obstante, cabe considerar la posibilidad de que la inflación aumente hasta
niveles que históricamente han sido más “normales”.
Al fin y al cabo, la década pasada ha sido escenario de
una inflación excepcionalmente baja. Durante la década de los 2000, antes de la
crisis financiera global, la inflación en la eurozona rondaba el 2% anual[2].
Si usted cree que la inflación podría subir
de cara a largo plazo, vale la pena preguntarse si sus ahorros e inversiones
podrían verse afectados. Después de todo, es necesario que sus inversiones
y las rentas que estas puedan generar crezcan como mínimo al mismo ritmo que la
inflación para mantener su poder adquisitivo.
Las inversiones que ofrecen potencial de
crecer en línea con la inflación (o de proporcionar una renta que lo haga)
podrían protegerle frente a este riesgo. Al igual que los bonos indexados,
cuyos cupones y valor se ajustan en base a una medida de inflación, las
acciones y los activos inmobiliarios también pueden brindar protección frente
al peligro de una inflación creciente con el tiempo.
Si le preocupa la perspectiva de una mayor
inflación, podría considerar la búsqueda de asesoramiento: hablar con un asesor
financiero puede ayudarle a definir un plan de inversión actualizado, adaptado
a sus objetivos y necesidades.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben
considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos
ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea
apropiada, consúltelo con su asesor financiero.
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían
tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión
se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su
objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
Esta información no constituye una oferta ni un
ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los
fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International
Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.
[1]
https://www.ecb.europa.eu/mopo/html/index.en.html
[2] https://www.inflation.eu/inflation-rates/europe/historic-inflation/hicp-inflation-europe.aspx