Dentro de un marco de artículos divulgativos sobre conceptos claves de la economía, hoy vamos a hacer una parada para conocer qué es la inflación.
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Diario
Dentro de un marco de artículos divulgativos sobre conceptos claves de la economía, hoy vamos a hacer una parada para conocer qué es la inflación.
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Le remitimos al glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.
La inversión responsable conlleva inevitablemente debates sobre qué tipos de activos deberían considerarse o no elegibles. A menudo, las decisiones de inversión se basan en las características medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) de un activo.
A la hora de invertir en acciones o bonos corporativos, sectores enteros podrían descartarse completamente debido al daño percibido que ocasionan a la sociedad o al medioambiente. También podría excluirse a compañías individuales de una cartera, debido por ejemplo a su mal gobierno corporativo o a actividades perjudiciales.
En el caso de los bonos soberanos, la amplia gama de actividades que desarrollan los gobiernos podría dificultar la evaluación de si satisfacen o no las definiciones tradicionales de la inversión responsable.
En pos del bien común
Yo creo que es mejor considerar las ventajas que el gasto público y las políticas gubernamentales traen consigo con el tiempo, y facilitar la inversión en deuda soberana en lugar de concentrarnos en aspectos negativos. La considerable proporción del gasto gubernamental dedicada a la prestación de servicios públicos como la sanidad y la educación significa que su efecto neto puede ser muy positivo para la sociedad.
Por supuesto, la gran multitud de finalidades a las que los gobiernos asignan sus ingresos hace que a pocos se les atribuya una conducta irreprochable en base a las interpretaciones más estrictas de los criterios ESG. Esto podría llevar a algunos inversores a preferir no invertir en deuda soberana sobre la base del gasto público en ciertos ámbitos como el de defensa, que conlleva la compra de armamento.
No obstante, tampoco deberíamos olvidar que la mayor parte de los ingresos de cualquier gobierno procederán seguramente de impuestos y no de la venta de bonos, lo cual diluye cualquier vínculo entre la deuda soberana y todo gasto que pueda verse como pernicioso. Cuando las actividades de un gobierno se consideran beneficiosas para la sociedad o el medioambiente a través de la regulación, creo que invertir en los bonos de dicho país puede ser plenamente compatible con un enfoque ESG.
Es importante puntualizar que invertir en los bonos de un gobierno concreto no debería interpretarse bajo ninguna circunstancia como respaldo o muestra de apoyo a un partido político o su programa, o como expresión de una postura política.
Sopesar el impacto
Antes de invertir en los bonos de un gobierno, creo que es imprescindible evaluar las características fundamentales capaces de afectar a la capacidad de un país para hacer frente a los pagos relacionados con su deuda, junto al valor que puedan ofrecer como activo de inversión. Estas características incluyen sus políticas monetaria y fiscal, tendencias económicas, las intenciones políticas y el entorno social.
Por muy atractivos que parezcan estos fundamentales, todo gobierno deberá superar una exhaustiva evaluación ESG. El primer paso podría ser cribar a los emisores mediante calificaciones independientes que evalúan a gobiernos en base a varias medidas ESG, como por ejemplo factores socioeconómicos y gestión financiera: solo aquellos que satisfagan ciertos estándares podrán ser candidatos a una inversión potencial.
En mi opinión, estas calificaciones deberían suplementarse con un análisis cualitativo empleando datos disponibles de fuentes fidedignas. El objetivo es asegurarnos de que un país cumple ciertos estándares de estado de derecho, derechos humanos y medioambiente, entre otras consideraciones importantes.
Pienso que los gobiernos con puntuaciones ESG elevadas tienen mayor probabilidad de ser inversiones de menor riesgo. Al fin y al cabo, la percepción de buena gestión se verá seguramente reflejada en la capacidad y la voluntad de un gobierno para satisfacer oportunamente todo pago a los tenedores de su deuda. De modo similar, mejorar el nivel de vida, la sanidad y la educación elevará el crecimiento potencial de una economía en el largo plazo, reduciendo con ello el riesgo financiero para los inversores en sus bonos de mayor vencimiento.
Demasiado importante para ignorarse
La complejidad de evaluar deuda soberana a través de una lente ESG no es motivo suficiente para optar por no invertir en esta clase de activos. Creo que los bonos soberanos merecen considerarse de forma cabal e imparcial para su inclusión en carteras con filtros ESG.
Por un lado, está claro que los gobiernos juegan un papel importantísimo a la hora de influir positivamente en los retos que importan a los inversores responsables. Desde un punto de vista de inversión, la deuda soberana también puede ser un componente esencial en una cartera de inversión.
A la hora de asignar una cartera de inversión en un abanico de activos globales para lograr un equilibrio atractivo de riesgo y rentabilidad, los bonos soberanos pueden desempeñar un papel crucial, al que otras clases de activos sencillamente no pueden aspirar.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.
Maria Municchi, gestora de fondos
Por tercer año consecutivo, Degroof Petercam Asset Management (DPAM) con 35.900 millones de euros en activos bajo gestión y liderada en España por Amparo Ruíz Campo, ha obtenido la máxima calificación A+ por su evaluación de los Principios de Inversión Responsable (PRI) respaldados por la ONU.
Dichos Principios (6) tienen por objeto promover las mejores prácticas para fomentar la adopción de criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) y fomentar un sector financiero más sostenible y orientado al largo plazo. DPAM es signatario de los Principios de Inversión Responsable desde 2011 y desde 2013, presenta el informe anual obligatorio.
Ophélie Mortier, Estratega de Inversión Sostenible y Responsable en DPAM, explica que«Este es un gran logro, particularmente considerando los requisitos cada vez más exigentes a lo largo de los años, ya que PRI actualiza continuamente el nivel de requisitos. PRI representa a 2.450 firmantes en todo el mundo con cerca de 82 billones de dólares en activos bajo gestión.
A+ es el rating más alto y DPAM tiene las máximas estrellas en varias áreas de especialización. En el caso del grupo de signatarios, la calificación media (A) se ha mantenido estable durante el último año, excepto en lo que se refiere a la integración de criterios ASG, en el que la tendencia es negativa. La calificación media, en particular, se ha rebajado a B en los últimos tres años. Sin embargo, gracias a continuos esfuerzos e inversiones, DPAM ha mantenido su máxima puntuación durante tres años consecutivos.
Hugo Lasat, CEO de DPAM, argumenta que «La sostenibilidad está en el centro de nuestro ADN. DPAM no es sólo un diseñador y proveedor de estrategias sostenibles, sino también una firma comprometida con la sostenibilidad. Trabajamos continuamente con las empresas y accionistas, como lo demuestra nuestro apoyo a las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés). Mirando hacia el futuro, continuaremos manteniendo nuestro compromiso con la sostenibilidad y ofreciendo a nuestros clientes soluciones de inversión responsables».
PRI fomenta el compromiso y ha añadido preguntas relacionadas con el compromiso en general y centradas en las estrategias de cambio climático en particular.«En DPAM, apreciamos los esfuerzos de PRI por cuestionar continuamente su modelo, gobernanza y objetivos, siempre elevando sus ambiciones», agrega Mortier.
Esto es exactamente lo que está haciendo DPAM al aumentar los esfuerzos y mejorar el nivel de requisitos de sus estrategias y áreas de especialización. DPAM sobresale en investigación (1) y gestión (2), desafiando sus modelos, desarrollando sus propios cuadros de mando y aportando soluciones innovadoras a retos clave como el cambio climático, el derecho a la alimentación o un enfoque constructivo y positivo de la tecnología al servicio de la humanidad.
Hechos y cifras clave
·Más de 17 años de experiencia en inversión sostenible
·Firmante de -PRI desde 2011 – La más alta calificación A+ por nuestra experiencia
·Pionero en deuda soberana sostenible – más de 2.300 millones de euros invertidos
·Hoy en día, DPAM gestiona más de 6.000 millones de euros en estrategias sostenibles, en varias clases de activo.
·Todos los fondos sostenibles han sido galardonados con la etiqueta ASG de LuxFLAG e informan de forma transparente sobre sus indicadores y desarrollos relacionados con la sostenibilidad de forma trimestral
·DPAM ejerce derechos de voto en 465 empresas en Europa y Norteamérica
·DPAM participa activamente en el diálogo con más de 75 empresas sobre prácticas de gobierno corporativo
·DPAM promueve las recomendaciones del TCFD y es signatario del Climate Action 100+
(1) Mejor gestora por tercer año consecutivo según la encuesta anual 2019 de Extel (2) Mejor gestora de renta fija y renta variable en 2018 y 2019, galardonada por DeTijd/L’Echo (primer medio financiero de Bélgica