Los asistentes de voz en las fintech

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Los asistentes de voz en las fintech

Como casi todo lo relativo a la tecnología, las películas de ciencia ficción ya predijeron que en un futuro, cada vez más próximo, todos dispondremos de un asistente de voz en casa. Al igual que estamos viendo con las fintech, la tecnología avanza para hacernos la vida más fácil. Desde encargar una pizza, pasando por que nos informe sobre el estado del tráfico o del tiempo, hasta controlar los electrodomésticos del hogar, con una simple petición en voz alta. Así funcionan los asistentes de voz y la carrera por estar a la vanguardia de estos dispositivos ya ha empezado.

Al igual que ya existen robo advisors que se encargan de nuestras finanzas personales; plataformas de crowdlending que ponen en contacto a prestamistas y prestatarios sin necesidad de tener que contratar con los bancos; portales de inversión mobiliaria sin necesidad de comprar la totalidad de un inmueble… Los asistentes de voz se posicionan para revolucionar las ventas por internet. Cuando estén lo suficientemente desarrollados podremos encargar cualquier cosa que se nos antoje con un simple comando de voz.

Amazon va a la cabeza con Echo. Fue el éxito en ventas de la cibertienda las pasadas navidades y ahora Amazon acaba de presentar un dispositivo Echo con pantalla que permite realizar videollamadas. Se trata de un pequeño altavoz (el nuevo modelo incluye una pantalla) que es capaz de entender el lenguaje natural gracias a la tecnología de Alexa, también propiedad de Amazon. A este dispositivo se le puede pedir que nos ponga una canción de Spotify, nos informe del tráfico, ponga la alarma, controle la calefacción o las luces de nuestra casa, etc. Según datos de eMarketer los dispositivos Echo de Amazon tienen un 70% de cuota en EEUU. Con Alexa Amazon busca que a corto-medio plazo seamos capaces de hacer la compra online a través de comandos de voz.

En segunda posición encontramos a Google, con su dispositivo Google Home y su asistente Google Assistant. Según el citado estudio de eMarketer se sitúa en segundo lugar con un 24% de cuota de mercado. Este dispositivo permite interactuar con los usuarios tanto mediante texto, como con comandos de voz. Posibilita además buscar respuestas a las preguntas del usuario a través de Google, puede poner canciones y anotar citas en el calendario.

Microsoft también ha entrado en este mercado con Invoke, que usa su asistente digital Cortana. Este dispositivo, fabricado por una filiar de Samsung, puede realizar llamadas de voz gracias a su integración con Skype. Además, al igual que sus competidores, también permite reproducir música, comprobar el tráfico o controlar algunas funciones del hogar.

Por último, existen rumores de que Apple está trabajando en un dispositivo de este tipo, que funcionaría con su asistente virtual Siri. Siri lleva varios años funcionando y podemos pensar que la interacción con su asistente, si realmente terminaran sacando un dispositivo de este tipo, podría ser de las mejores.

Como hemos dicho la carrera acaba de empezar y se presenta como un maratón, ya que quien quiera dominar este sector deberá ir actualizando constantemente las funciones de su asistente. Para ello deberán llegar a acuerdos con todo tipo de compañías para que sus servicios puedan ser encargados a través de estos asistentes de manera automática sin necesidad de una interacción humana que vaya más allá de un comando de voz. Las empresas tecnológicas saben que este dispositivo puede llegar a tener una repercusión como la que hemos vivido con los smartphones y pondrán toda la carne en el asador para ser los mejores.

Behavioural finance: el papel de las emociones y de la memoria en los mercados financieros

Gestoras
Behavioural Finance_M&G

Le remitimos al glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.

A algunas personas, el aplicar conceptos de behavioural finance al mundo de la inversión tal vez les suene como un enfoque excesivamente académico. Para el equipo Multi-Activos de M&G, se trata de un concepto muy sencillo que puede tener un valor inestimable a la hora de comprender cómo se mueven los mercados financieros y dónde pueden surgir riesgos y oportunidades. Esencialmente, el behavioural finance –o psicología del comportamiento financiero– reconoce un hecho vital: que los inversores son seres humanos.

Y como tales, es poco probable que se comporten siempre de forma racional y lógica. Al fin y al cabo, todos somos vulnerables a la influencia de nuestras emociones a la hora de tomar decisiones. Esto puede ser muy peligroso al invertir, al permitir que la intuición y las emociones como el miedo o la avaricia nos distraigan de los hechos subyacentes o de los principios fundamentales que rodean a un activo.

Explotar sesgos emocionales

El behavioural finance identifica que cuando estos errores los repite toda la comunidad inversora, provocan movimientos ilógicos (y habitualmente transitorios) en las cotizaciones. Estas ineficiencias pueden ofrecer una ventana de oportunidad a quienes reconocen cuáles son los motores de estos movimientos de precios y desarrollan estrategias para explotarlos.

Tomar decisiones opuestas a la visión de consenso puede ser difícil: a corto plazo puede darnos la sensación de estar «cometiendo un error», lo cual le resulta incómodo a cualquiera. No obstante, el equipo considera necesario no permitir que este malestar emocional le impida actuar en base a sus convicciones. Dicho esto, el behavioural finance no trata de ignorar el factor humano; más bien pretende reconocerlo, confirmar su importante influencia, y a continuación eliminarlo del proceso analítico a fin de invertir con éxito.

Un ejemplo ilustrativo

Un aspecto particularmente útil de este proceso es que es aplicable a todas las clases de activos globales y a lo largo del tiempo. Podemos remontarnos al crash de Wall Street de los años veinte, o incluso a la burbuja de los tulipanes en la Holanda del siglo XVII, para ver cómo las emociones humanas han provocado desde siempre movimientos irracionales de los mercados.

Un ejemplo más reciente lo aporta la caída pronunciada de las bolsas europeas en las semanas previas a la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas, celebrada el 23 de abril de 2017, y su fuerte repunte tras un resultado percibido como «favorable para el mercado».

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Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

El caso es que los inversores intentaban pronosticar el resultado y sus consecuencias a corto plazo para el mercado, algo notoriamente difícil de lograr de forma consistente. En lugar de ello, el equipo considera más importante concentrarse en los hechos observables por los inversores en ese momento: la economía europea llevaba un tiempo creciendo, y los precios de las acciones todavía ofrecían valor en ese contexto. Esto no quiere decir que la política francesa no hubiera tenido un efecto sustancial en los mercados europeos de haberse dado otro resultado electoral; era imposible conocer de antemano dichos efectos o saber por qué motivo pudieran habido materializarse. Todo inversor que vendiera acciones en compañías europeas con anterioridad a la votación, por mero nerviosismo ante la incertidumbre reinante, se perdió las ganancias registradas en las semanas siguientes al acontecimiento.

Mantener la cabeza fría

A la hora de invertir, es muy importante no confundir las emociones con el conocimiento. Por consiguiente, al tomar decisiones de inversión, el equipo considera importante no solamente comprender los hechos sobre distintos activos en el contexto económico prevalente, sino también entender sus propios impulsos emocionales (y los de los demás).

El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial.

No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.

Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments Ltd. Domicilio social: Laurence Pountney Hill, Londres, EC4R 0HH, Reino Unido, autorizado y regulado por la Autoridad de Conducta Financiera en el Reino Unido y su sucursal en España con domicilio social en Plaza de Colón 2, Torre II, Planta 14, 28046, Madrid, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid al Tomo 32.573, folio 30, hoja M-586297, inscripción 1ª con CIF W8264591B y con número de registro de la CNMV 79.

 

 

Apple y sus inversiones en renta fija

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Apple y sus inversiones en renta fija

Apple es una de la empresas más grandes del mundo y cuenta con una caja de 257.000 millones de dólares. La compañía ha decidido invertir más de la mitad de su caja en bonos corporativos y títulos del tesoro de EE.UU, concretamente 148.000 millones de dólares. Esto supone superar al fondo de inversión de renta fija más grande del mundo (Vanguard Total Bond Market Index Fund – 145.000 millones de dólares), una operación que tiene mucho sentido y ahora vamos a explicar por qué.

Durante los últimos años, Apple ha llevado a cabo un plan de remuneración del accionista que combina la recompra de acciones propias y el pago de dividendos. Pero el problema surge a la hora de repatriar el dinero extranjero a EE.UU. De la caja que antes comentábamos, Apple gana solo 16.600 millones dentro de las fronteras de EE.UU, y 214.900 millones en sus filiales en el extranjero. El impuesto de sociedades en EE.UU es del 35%, por lo cual, si repatrian el dinero directamente el tesoro americano, se quedaría con un buen pellizco de sus ganancias extranjeras. La solución a este problema lo han encontrado en la renta fija.

Con las perspectivas que existen de que el presidente estadounidense, Donald Trump, bajará el impuesto de sociedades, lo único que necesitaban era tiempo. Y para ganar tiempo se han dedicado a comprar deuda con un rating muy alto, con el fin de tener el dinero a buen recaudo sin que esté inmovilizado. Nos referimos a operaciones muy seguras y a corto plazo, fáciles de deshacer, por lo que no tendrán ningún problema a la hora de repatriarlo una vez que se haya reducido el impuesto de sucesiones.

Este es un claro ejemplo de finanzas corporativas y de cómo las grandes empresas ahorran miles de millones con sencillas (y a veces mas enrevesadas) operaciones financieras que repercuten, en gran medida, en el balance final de la empresa.