¿Se van a mantener los tipos de interés eternamente bajos?

Gestoras

 

Hans Bevers – Chief Economist

Los tipos oficiales de los bancos centrales siguen fluctuando en torno a cero en el mundo occidental. Lo mismo ocurre con los tipos de interés efectivo sobre las obligaciones a más largo plazo. Al mismo tiempo, los indicadores de confianza permiten augurar una nueva desaceleración de la actividad económica mundial, tras una recuperación más bien tenue desde la Gran Recesión de 2008-2009. Y, entretanto, los bancos centrales, aunque han ampliado considerablemente sus balances, aguardan a la desesperada un aumento de la inflación.

Pese a que los tipos de interés están en mínimos históricos…

Tipos de interés en mínimos históricos

Es más, varios observadores critican cada vez más a las autoridades monetarias por agravar la situación en lugar de mejorarla. Y con razón afirman que soplan vientos adversos para el sector financiero, cuyos principales beneficios provienen de los diferenciales de los tipos de interés. No obstante, conviene precisar que son esos mismos observadores quienes, cuando estalló la crisis financiera mundial, advirtieron sobre las nefastas consecuencias de una inflación galopante, en un contexto de excepcionales medidas de estímulo de los bancos centrales. Los gobernadores de los bancos centrales no son superhéroes, pero un análisis contradictorio indica que merecen al menos un poco de credibilidad por haber contenido, siquiera parcialmente, las fuerzas deflacionistas mundiales surgidas tras la crisis de 2008. Además, las autoridades monetarias son las primeras en reconocer que su margen de actuación es limitado. Así pues, resulta sorprendente ver tantos observadores… sorprendidos. Y lo que proponen en concreto para mejorar las condiciones económicas tampoco está muy claro, puesto que no suelen ir más allá de las llamadas «reformas estructurales». Incluso llegan a considerar que la reducción del gasto público y la subida de los tipos de interés son respuestas adecuadas para la difícil coyuntura económica actual. Una minoría es partidaria de una marginación total del sector público, para que la destrucción creativa surta efecto.

…la actividad económica muestra signos de incertidumbre

la actividad económica muestra signos de incertidumbre

Ahora bien, lo que parece claro a estas alturas es que la economía mundial sufre ante todo un problema de demanda, no de oferta. Aunque los tipos de interés están en mínimos históricos, se ahorra más de lo que se invierte y las perspectivas económicas, poco halagüeñas, no dejan traslucir cambios en este punto, al menos en un futuro próximo. No obstante, no creemos que la economía mundial esté a punto de caer en una repentina recesión. Una de las razones radica en que los bajos precios de la energía y las materias primas deberían apuntalar la economía durante cierto tiempo más, incluso tras la atenuación de los efectos perturbadores sobre las inversiones y el comercio. Además, varios efectos básicos asociados a los precios de las materias primas indican que la inflación general tiene bastantes probabilidades de aumentar de aquí a finales de año. Pero eso no significa que todo vaya bien. Aunque la economía mundial logre evitar una desaceleración aún más acusada, es poco probable que las perspectivas estructurales mejoren de repente. Por otro lado, no vemos ninguna presión inflacionista en la zona euro, por ejemplo, y las previsiones a este respecto se mantienen a niveles increíblemente bajos. Por último, varios barómetros de la actividad económica sugieren asimismo que el BCE no alcanzará su objetivo de inflación, fijado en el 2%.

La inflación en la zona euro sigue siendo muy baja

la inflación de la zona euro sigue siendo muy baja

A medio y largo plazo, son altas las probabilidades de que asistamos a un período prolongado de crecimiento relativamente lento, asociado a los tipos de interés fluctuantes en torno a cero, en un contexto de adversas perspectivas demográficas y de reducción del margen de maniobra frente a la acumulación de la deuda futura. De hecho, los tipos de interés efectivo han caído durante los últimos 30 años, a pesar de una inmensa acumulación de deuda privada y pública, una situación demográfica todavía relativamente favorable y una afluencia masiva de capitales hacia los mercados emergentes. En resumen, parece claro que en las últimas décadas los tipos de interés naturales han disminuido sensiblemente en todo el mundo.

Se ha escrito mucho en los últimos años sobre la posibilidad de un escenario de estancamiento a largo plazo (incluso secular). Algunos observadores, como Laurence Summers, han abordado la problemática desde el punto de vista de la demanda, mientras que otros (como Robert Gordon) creen que la mayor parte de los avances tecnológicos que respaldaban el crecimiento han quedado atrás. Es pronto para saber si se va a materializar un escenario de estancamiento secular. El tiempo lo dirá. Entretanto, la economía parece acorralada en una trampa de liquidez.

No es recomendable concluir que las autoridades políticas han agotado sus municiones para combatir esta peliaguda situación. Las ciencias económicas nos enseñan que la política monetaria pierde su eficacia1 en situaciones como esta (la curva LM es plana) y que el gasto presupuestario resulta mucho más eficaz para estimular la actividad económica (la curva IS se desplaza hacia la derecha). Esta situación es coherente con un estudio del FMI en el que se indica que los multiplicadores presupuestarios son bastante elevados en este momento. ¿Cómo es posible que hayamos olvidado tan fácilmente estos conocimientos que se remontan a las teorías de Keynes y Hicks de los años treinta? ¿Por qué intranquiliza tanto a los observadores el nivel de endeudamiento, en una época en que los tipos de interés negativos representan un incentivo para que los gobiernos recurran al crédito e inviertan en infraestructuras?

Las autoridades políticas todavía no han agotado sus municiones

las autoridades políticas todavía no han agotado sus municiones

Así pues, la acción política podría influir de manera notable y, de hecho, el consenso sobre la necesidad de aumentar el gasto en infraestructuras aumenta de forma lenta pero firme. Aunque la OCDE se ha concentrado (erróneamente) en el equilibrio de los presupuestos públicos tras el inicio de la Gran Recesión, hoy parece dispuesta a reconocer que un aumento de las inversiones podría contribuir a respaldar el crecimiento. Como los recursos resultan improductivos en una trampa de liquidez, no hay motivos para temer un efecto desplazamiento por el eventual aumento de los tipos de interés, que incrementaría la eficacia de dicha política. Pero nadie sabe realmente si las autoridades políticas están dispuestas a adoptar este planteamiento. La cumbre del G20 celebrada en Shanghái la semana pasada arroja en este aspecto algunos resultados alentadores, aunque inciertos. A pesar de que los Estados miembros del G20 acordaron utilizar «todos los instrumentos políticos —monetarios, presupuestarios y estructurales— de manera individual y colectiva» para alcanzar los objetivos económicos del Grupo; todavía no existe ningún plan por el que se establezcan gastos de estímulo específicos y coordinados. Solo cabe esperar que se formule pronto, para reimpulsar así el crecimiento. Si se hace correctamente, aumentarán por fin las probabilidades de un aumento de tipos y la política monetaria podrá volver a desempeñar una función relevante en la próxima recesión.

¿Cabe confiar en que las autoridades presupuestarias elijan esta vía próximamente? La respuesta sucinta es «no». La oposición de Alemania a un crecimiento «financiado por la deuda» pone en relieve que los obstáculos siguen siendo considerables. Idealmente, las autoridades políticas deberían actuar con mayor eficacia para combatir la debilidad crónica de la demanda. Es evidente que las autoridades monetarias y presupuestarias nunca pueden quedarse sin munición. Si colaboraran de manera intensiva, conseguirían un aumento de la demanda y de la inflación. No obstante, nadie sabe realmente si están dispuestas a salirse de los caminos trillados. Las reformas estructurales se deben aplicar en este contexto y no de forma aislada. Si se adoptan este tipo de medidas, es más probable que aumenten por fin los tipos de interés. En caso contrario, los bajos tipos de interés seguirán siendo un indicador del entorno económico deprimido. Europa se encuentra en una situación mucho más complicada que la del resto del mundo. Como el euro sigue siendo una divisa sin país y no parece que avancemos hacia una mayor integración, cuesta imaginar cómo pueden colaborar más estrechamente las autoridades monetarias y presupuestarias.

 

Sobre Bank Degroof Petercam

Bank Degroof Petercam es una institución financiera independiente de referencia que ofrece sus servicios a inversores privados e institucionales, así como a organizaciones, desde 1871.

Con sede en Bruselas, emplea a 1.400 profesionales en las oficinas de Bélgica, Luxemburgo, Francia, España, Suiza, Países Bajos, Alemania, Italia y Hong Kong.

Nuestros clientes se benefician de la mejor oferta posible gracias a una combinación única de banca privada, gestión de activos institucional, banca de inversión (finanzas corporativas e intermediación financiera) y servicios de activos. Gestionamos activos por valor de 50.000 millones de euros para inversores privados e institucionales.

Asesoramiento financiero: ¿por qué tanto miedo a las EAFI?

Diario, EAFI
Asesoramiento financiero, por qué tanto miedo a las EAFI

 

Parece mentira que después del descrédito sufrido por los bancos a raíz de la reciente crisis de deuda, y de las muchas otras sinvergonzonerías que los ciudadanos llevamos sufriendo por parte de estas entidades, la gente siga teniendo más miedo a las EAFI que a los propios bancos.

Y no puedo evitar preguntarme, ¿por qué? Si los bancos, prestando dinero a gente que no podía devolverlo, han tenido la “culpa” de la crisis de deuda (según cree la inmensa mayoría de la población); si han echado a familias enteras de sus casas por no haber podido hacer frente a sus hipotecas; si cerraron las líneas de crédito a autónomos y PYMES en el momento que estos más lo necesitaban… ¿Qué empuja a las personas de a pie a seguir confiando su patrimonio a estas entidades?

La respuesta es simple: miedo y desconocimiento. Y es que no puede dejar de asombrarme que un país como España, en el que tan bien acogemos las nuevas ideas que vienen de fuera (vemos cine estadounidense, conducimos coches alemanes, preferimos hacer viajes turísticos a países extranjeros en lugar de viajar por España, teniendo una mayor y mejor oferta turística…), todavía no hayamos sido capaces de adaptarnos a la evolución que se ha producido en el sector financiero.

Y es que como siempre, vamos atrasados. En países como Estados Unidos, Inglaterra, Holanda… parece impensable que tu propio banco se encargue de tus finanzas personales. La lógica de todo esto es simple: conflictos de intereses y falta de transparencia.

EAFI y entidades financieras: diferencias operacionales

Las entidades financieras tienen un modelo de negocio más amplio. A la hora de vender activos intentan colocar a sus clientes los productos que mayores beneficios les proporcionan a ellas mismas (a través del cobro de comisiones y comisiones ocultas, como las retrocesiones), sin importarles la rentabilidad de su cliente, ya que esta rentabilidad no les reportará beneficio extraordinario alguno.

Sin embargo, las EAFI viven exclusivamente de sus clientes (y también de las comisiones), pero si una EAFI no reporta beneficio para sus clientes, estos se marcharán, pues no van a pagar comisiones por el asesoramiento en una cartera que le produce pérdidas constantemente.

Pero todo esto es sabido por unos pocos que nos dedicamos a este mundillo. La falta de cultura financiera y la falta de transparencia de lo que realmente está cobrando una entidad financiera, ha provocado este caos en el que las mayores beneficiadas son las entidades financieras.

Esta situación tenía su razón de ser en un mundo en el que la falta de tecnología aumentaba los costes del asesoramiento financiero a unos límites que solo estaban al alcance de grandes patrimonios; mientras que el pequeño inversor se veía empujado a acudir a las entidades financieras como único motor de inversión a su alcance.

 Ahora toca abrir los ojos

Pero esa era ya ha pasado. La globalización y la evolución tecnológica han provocado un cambio en las costumbres de los inversores: ahora tienen mucha mas información sobre los mercados y pagan comisiones más bajas por ser asesorados. Nuevas normativas como MiFID II (que traerá claridad a este mundo tan oscuro), también impulsarán este cambio. Y la creación de nuevos modelos de negocio como los robo advisor pondrán la puntilla final a esta revolución en el mundo financiero.

 

Fuente: World Economic Forum

El asesoramiento robot ya permite operar de manera automática

Diario, Fondos de inversión
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Madrid, 5 de abril de 2016. Feelcapital, el primer robo advisor español, ha alcanzado un acuerdo con Ahorro.com, el portal de productos y servicios financieros de Ahorro Corporación, para la total ejecución de las órdenes de fondos en su plataforma.

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La digitalización de la banca

Diario
La digitalización de la banca

 

Conforme los tiempos cambian, las rutinas personales también lo hacen. El mundo digital ha dado pasos agigantados en las últimas décadas, transformando la concepción de la manera de vivir en la sociedad y la manera de operar en los diferentes ámbitos del sector. Pero aún quedan muchos hábitos por aprender.

¿Pero qué es la digitalización?

 La digitalización consiste en transformar cualquier información para poder tratarla en un ordenador. Es decir, toda aquella operativa llevada a cabo de manera personal, se puede convertir en información a través de ordenadores conformando un ahorro en diferentes aspectos: ahorro de personal, de movimientos físicos, ahorro en materias primas… Todo esto conlleva conseguir que los procesos sean más rápidos y eficientes.

La digitalización de la banca es una asignatura pendiente, aún queda mucho camino que recorrer pues solo está comenzando. La banca es conocedora de esta nueva situación y se quiere poner manos a la obra encontrando la fórmula ideal para asentar el mundo digital en sus operativas.

El mayor inconveniente lo encontramos en la idea generalizada de la sociedad; buscar operar a través de su oficina personal gracias a un gestor personal que pueda asesorar a cada cliente de la manera más ‘efectiva’. Los clientes siguen acudiendo a los bancos, siguen manteniendo la concepción de dejar en manos de un profesional todo o parte de su patrimonio para que sea gestionado según sus criterios.

La digitalización y las nuevas generaciones

Las nuevas generaciones, los nacidos a partir de los años 80, la ‘Generación Y’, están preparados y adaptados a la nueva concepción digital de las operativas. Es una generación ágil, conocedora de Internet, informada en el mundo digital y acostumbrada a todos los procesos más allá de las relaciones interpersonales.

La banca conoce esta nueva situación y busca hallar la formula perfecta que pueda abarcar esta nueva realidad junto al mantenimiento de las oficinas y gestores profesionales. Es decir, nos encontramos ante un nuevo reto actual: digitalización versus personalización.

Tras la crisis sufrida, la digitalización de las operaciones bancarias es una de las soluciones para mitigar los gastos de personal sufridos por la banca y el sector está atravesando uno de los caminos más complicados y arduos para encontrar la clave del asunto.

Sin duda, creemos que esta nueva concepción tendrá que trabajarse durante cierto tiempo y con seguridad se llegará a cambiar el concepto completamente.