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Con las pilas cargadas: la industria del automóvil en un mundo sin gasolina

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Los gobiernos de todo el mundo, salvo un puñado de excepciones, están buscando limitar los efectos del cambio climático causados por el uso de combustibles fósiles. A principios de este año, cerca de 200 países firmaron el Acuerdo de París, que les comprometía a ayudar a reducir el aumento de la temperatura global.

Parte de la solución reside en combustibles que producen menos emisiones dañinas causantes del calentamiento global. Por ejemplo, el coche del futuro debe alimentarse de electricidad, biomasa o hidrógeno en función de los requisitos de carga y distancia.

Nadie sabe con certeza cómo serán los coches en 2050, pero podemos hacer algunas suposiciones sensatas basadas en el análisis y desarrollos que las compañías están realizando hoy en día. Además de la reducción de los motores de combustión interna, el coche del futuro debe ser de conducción autónoma, mientras que la propiedad del coche en sí puede convertirse en un anacronismo histórico si los vehículos compartidos se vuelven tan populares como mucha gente aventura.

Para viajes cortos dentro de un entorno urbano, como los traslados diarios, probablemente predominen los coches eléctricos de pequeño tamaño. Los vehículos eléctricos ya se están produciendo comercialmente aunque están lejos de ser una de las grandes tendencias, en parte por su elevado coste inicial.

Pero si estos diseños permiten mirar al futuro, la verdadera naturaleza de la fabricación de automóviles se transformará, mientras un ecosistema completo de industrias evolucionará para desempeñar un papel de apoyo.

Para empezar, el número de componentes eléctricos en los coches del futuro aumentará significativamente. Por ejemplo, se necesitan semiconductores en todo, desde unidades de control a sistemas avanzados de asistencia a la conducción, motores eléctricos o baterías recargables de próxima generación.

El desarrollo de las baterías es crítico porque las baterías representan uno de los mayores costes unitarios en un vehículo eléctrico. El desafío consiste en reducir el coste, ya sea reduciendo el precio de los componentes o eliminando márgenes. Ambas soluciones sugieren una mayor escala e integración de los proveedores. Solo así los fabricantes podrán reducir el coste de un coche eléctrico por debajo de los modelos propulsados por gasolina.

China, inevitablemente, será central en cualquier revolución de vehículos eléctricos. El país ya es el mercado más grande del mundo para estos vehículos y la urbanización está progresando a un ritmo muy acelerado –el Banco Mundial estima que 1.000 millones de personas, o el 70% de la población, vivirá en ciudades en 2030-.

Las autoridades están considerando una eventual prohibición de la producción de coches propulsados por gasolina y diésel. China ofrece subvenciones a los fabricantes nacionales de baterías recargables (BYD es ahora el mayor fabricante del mundo de baterías generales) en un esfuerzo por crear campeones nacionales que dejen al margen a los competidores extranjeros.

¿Qué significa todo esto para los inversores? Es claramente un escenario que está en constante evolución. Sin embargo, hemos identificado cuatro grupos de potenciales beneficiarios.

Están los innovadores, como los controlados por Elon Musk o Tesla, fabricante de vehículos eléctricos con sede en Palo Alto, que están en la vanguardia para dirigir el proceso de electrificación y entre sus seguidores más animados.

También están los manufactureros de vehículos tradicionales, como la marca japonesa Toyota, que está invirtiendo en esta nueva tecnología para cambiar su modelo de negocio más allá de los motores de combustión interna.

También hay compañías que consideran que han encontrado una ventaja competitiva a través de la escala y la integración vertical. Entre estos se incluye la china BYD, en la que Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, posee una participación del 24,6%, así como los fabricantes de baterías coreanos LG Chem y Samsung SDI. El fabricante de vehículos eléctricos BYD, por ejemplo, fabrica sus propias baterías e incluso invierte en fuentes de materias primas clave como el litio.

Finalmente, están los proveedores de componentes. Compañías como Infineon, Denso, Renesas y Nidec han estado reproduciendo durante años semiconductores simples pero esenciales, partes de vehículos, microcontroladores flash y motores eléctricos. Estas firmas deberían estar entre los principales beneficiarios de cualquier aumento en la demanda de sus productos cuando los vehículos eléctricos se conviertan en una tendencia principal.

Es una industria que todavía está dando sus primeros pasos y muchas compañías fallaran a la hora de cumplir las primeras expectativas. Simplemente porque un tema de inversión capture la imaginación, no significa que las compañías tengan que tener éxito. Después de todo, ¿cuántas compañías de la era punto.com siguen hoy en día? De esta forma, el sentido común demanda un enfoque diversificado.

Los combustibles fósiles se crearon durante cientos de millones de años de los restos de antiguos animales y plantas. Han alimentado a las economías más dinámicas del mundo desde la Revolución Industrial. Y sin embargo, durante nuestras propias vidas, su utilidad puede muy bien seguir …. el camino de los dinosaurios.

Hugh Young, director general de Aberdeen Standard Investments

 

 

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