La política de la Fed, pero no como la conocemos

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La política de la Fed, pero no como la conocemos

“Enorme y enormemente compleja”. Así definía recientemente Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (Fed), a la economía estadounidense. Y está en lo cierto. La Fed no solo se enfrenta a dirigir la economía más grande del mundo a través de un nivel más ‘normal’ de tipos de interés, sino que lo está haciendo en un periodo de especial incertidumbre.

Y con los tipos de interés en una senda de subidas, aumentan las especulaciones sobre qué hará la Fed con los 4,5 billones de dólares que posee en bonos gubernamentales. Así que, ¿qué podemos esperar de Fed en los próximos meses?

El gran tamaño de la economía estadounidense significa que su política monetaria importa. Estados Unidos representa cerca del 20% de la producción mundial y más de un tercio de la capitalización bursátil global. Es prominente en casi todos los mercados globales, representando cerca de un 10% de todos los flujos comerciales mundiales, una quinta parte de la inversión extranjera directa y representa casi la misma cuota en demanda energética. Y dado que el dólar es la divisa más utilizada en el comercio global y las transacciones financieras, los desarrollos en política monetaria estadounidense y el sentimiento de los inversores desempeñan un papel destacado en el desarrollo de las condiciones financieras mundiales.

La Fed, determinada a subir los tipos de interés

Aunque la Fed está firmemente sumida en un camino de subidas de tipos de interés, no es inmune a los contratiempos. Cambios inesperados en el precio del petróleo, la actividad global, la tasa de crecimiento de la productividad y la estabilidad financiera podrían golpear a la economía estadounidense y, por supuesto, a la Fed.

Desde las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre, la política fiscal ha estado bajo un foco particular. Una encuesta reciente mostraba que el 44% de los consultados subió sus previsiones de inflación y un 47% aumentó sus estimaciones de crecimiento tras conocerse el resultado electoral.

Pero el impacto económico de cualquier paquete fiscal va a depender de su tamaño y momento. También importan la capacidad de respuesta de la economía, cómo de efectivo sea el impulso a la ahora de aumentar el potencial de oferta de la economía y la posición de deuda del gobierno. Si la capacidad de reacción es limitada, podría alimentar más la inflación que la actividad ‘real’, obligando a la Fed a subir los tipos de interés más rápido de lo que anticipó. Si el impulso fiscal hace más por aumentar la deuda gubernamental que el potencial de oferta de la economía, los tipos de interés a largo plazo también podrían subir, reduciendo el gasto de compañías y hogares en bienes sensibles a los tipos de interés y repercutiendo en los mercados financieros globales. De la misma forma, si el impulso fiscal eleva el potencial de la economía más de lo que se pensaba, la actividad podría repuntar con menos necesidad de subidas de tipos de interés para contrarrestar la inflación.

En este entorno incierto, la Fed está centrada en fundamentales económicos, apuntando a más subidas de tipos de interés en el futuro. La economía estadounidense está cerca del pleno empleo y la inflación se está moviendo hacia el objetivo de la Fed. La inclusión de 15,5 millones de puestos de trabajo netos en los últimos siete años ha reducido la tasa de desempleo al 4,7%, cerca de los niveles previos a la recesión.

La inflación está aumentando, con el índice de gastos de consumo personal core (PCE) habiendo subido cerca de un 1,5% en el año hasta noviembre de 2016 (cuando se produjo la última lectura) en comparación con el 0,5% de 2015. Este considerable progreso económico propició la subida de tipos de interés del pasado mes de diciembre.

Es probable que la inflación continúe subiendo

Janet Yellen también reconoce el riesgo de “aumentos indeseados del endeudamiento y otros desequilibrios financieros” si los tipos de interés permanecen en niveles muy bajos durante mucho tiempo.

Es complicado calibrar exactamente cuándo va a actuar de nuevo la Fed, dadas las incertidumbres. Sin embargo, parece razonable apostar por dos subidas de tipos de interés en 2017, con la primera teniendo lugar a mediados de año, si los fundamentales continúan fortaleciéndose y el sentimiento del mercado, especialmente en política fiscal y en la economía estadounidense en general, permanece positivo.

Lucy O’Carroll, Economista jefe de Aberdeen Solutions

¿Cuáles son las diferencias entre los principales índices americanos?

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Cuáles son las diferencias entre los principales índices americanos

Los índices bursátiles estadounidenses siempre provocan mucha confusión a la hora hablar de los mercados americanos. Aquellas personas con escasos conocimientos bursátiles piensan que en EE.UU. existe un solo índice de referencia como ocurre en España, pero son en realidad varios los índices que se utilizan para segmentar el mercado americano. Veamos las diferencias entre los principales índices americanos.

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Volverá a haber inflación y esto es bueno

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Volverá a haber inflación

Tras dos años con precios a la baja parece que en las economías desarrolladas este año volverá a haber inflación. La mayor parte se debe al precio del petróleo, que bajó hasta los 30 dólares a principios de 2016, pero que recientemente se ha situado por encima de los 50 $. La inflación subyacente parece que también está a punto de repuntar. Esto son buenas noticias ya que no se espera un crecimiento desmesurado de la inflación sino que se ahuyentan los fantasmas de la deflación.

Para entender el porqué habría que considerar los tres principales catalizadores de la inflación: el precio de las importaciones, las presiones sobre la capacidad de la economía doméstica y las expectativas futuras.

¿Volverá a haber inflación? El precio de las importaciones

Hace un año los precios de los bienes globales descendían debido a una caída en la demanda agregada y debido a un exceso aparentemente interminable de productos básicos y fabricantes. China se tambaleaba y los Emergentes no levantaban cabeza, con Brasil y Rusia en plena recesión.

Hoy, las cosas pintan mejor. Los Emergentes siguen teniendo puntos problemáticos pero sus grandes economías se están estabilizando, los precios de los bienes en China están volviendo a subir después de 54 meses de caídas y el aumento de la demanda se ve reflejado en los precios de las commodities. Así que los países ricos están importando una inflación más global.

¿Volverá a haber inflación? La capacidad económica

El segundo gran motor de la inflación es lo capaz que sea la economía doméstica. La tasa de desempleo es su gran indicador. La economía estadounidense con una tasa de desempleo cercana al 4,7% roza la empleabilidad técnica total. El salario medio subió un 2,9% en 2016 y el resto de indicadores y las tendencias de estos están alineados con el objetivo de inflación de la FED.

En otras economías desarrolladas, como Europa, el mercado laboral es un tanto más rígido y el pronóstico no es tan favorable. La tasa de desempleo roza el 9,8% de media, con los países del sur de Europa, entre los que se encuentra España, haciendo que suba esta media. Por lo que si el BCE quiere llegar a su objetivo del 2% de inflación, necesitará que países con economías más saneadas, principalmente Alemania, genere una inflación muy superior al 2% para compensar lo que no parece probable.

¿Volverá a haber inflación? Las expectativas futuras

Si hay expectativas de inflación las empresas se sentirán más libres para subir los precios y los empleados para negociar subidas de sueldo. En teoría, las expectativas de inflación están en manos de los bancos centrales. Si son capaces de convencer de que tienen las herramientas para regular la demanda agregada, las expectativas deberían converger con el objetivo de inflación, que suele rondar el 2%. Pero las expectativas también se ven influenciadas por lo que la inflación ha sido en el pasado reciente, y en las economías desarrolladas ha caído.

La conclusión es que en 2017 probablemente veamos un repunte en la inflación gracias al precio del petróleo y a un entorno global más firme, pero la inflación subyacente o core no subirá tanto como para llegar a los objetivos que indican un crecimiento generalizado de las economías.

Renta variable europea: el lugar en el que hay que estar en 2017

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Renta variable europea

Los inversores evitaron la renta variable europea por las preocupaciones que causó el Brexit y el referéndum italiano, lo que se tradujo en un peor comportamiento frente a otras regiones. Sin embargo, creemos que 2017 será diferente y vemos muchas razones para ser positivos con la renta variable europea.

Los procesos electorales que se celebrarán a lo largo de este año en Alemania, Francia y Países Bajos auguran una continuación de la volatilidad. Sin embargo, esta circunstancia nos proporcionará oportunidades para comprar compañías de calidad a precios razonables. Por la estructura de su rendimiento frente a la renta variable estadounidense en los últimos años, las compañías que cotizan en las bolsas europeas son más baratas y atractivas. Además, la debilidad del euro hace que también sean más baratas frente al resto del mundo.

Entre los motivos que nos empujan a creer en la renta variable europea son los indicadores económicos europeos, que son mejores de lo esperado. Los cambios en las previsiones económicas están empezando a reflejarse en el mercado y, además, vienen acompañados por la fortaleza que han mostrado las compañías europeas en los últimos meses.

Consideramos que la mejora de las previsiones para la economía europea hace que éste sea un buen momento para invertir en value. Asimismo, creemos que las small y mid caps son opciones muy interesantes de cara a los próximos años. Dentro de este segmento, Degroof Petercam AM cuenta con el fondo DPAM Invest B Equities Europe Small Caps, que invierte en compañías de pequeña capitalización.

Este fondo, que fue lanzado en 1997, emplea una estrategia activa con un enfoque bottom-up y está respaldado por un equipo de expertos sectoriales que analizan cuidadosamente cada una de las compañías seleccionadas. El análisis de las compañías tiene en cuenta la estrategia, resultados financieros, balances sólidos, sostenibilidad y las previsiones para el medio plazo, entre otros. Se trata de eliminar las compañías de baja calidad que podemos encontrar en el universo de las small caps para conseguir una mayor rentabilidad, crecimiento de los beneficios, menores riesgos y estabilidad en las ganancias.

Las políticas monetarias también serán propicias a la renta variable europea. Mientras los tipos de interés de la zona euro seguirán siendo bajos durante un tiempo, las subidas de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos no es negativa si observamos lo que ha ocurrido en periodos anteriores. Históricamente, la renta variable europea ha mostrado buenos resultados en los periodos que han seguido a las subidas de tipos en Estados Unidos. Por lo general, este tipo de políticas monetarias responden a la buena salud de la economía estadounidense, que a su vez es una buena noticia para el conjunto de la economía global.

La mejora de la economía, la fortaleza de las compañías europeas y las políticas de los bancos centrales han creado un momentum positivo para las bolsas europeas. Por estas razones, consideramos que la renta variable europea es el lugar en el que hay que estar en 2017.

 

Bart Geukens y Gilles Lequeux, gestores de DPAM Invest B Equities Europe Small Caps