Sobrevivir en un mundo de tipos cero

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Sobrevivir en un mundo de tipos cero

El inversor conservador se encuentra en un callejón sin salida pues sus inversiones conservadoras no le generan rentabilidad. En la medida que profundizan las medidas de política monetaria del BCE, las alternativas del inversor conservador se ven cada vez más limitadas en la búsqueda no ya de rentabilidad sino de encontrar un refugio que le aleje de rendimientos negativos para su liquidez.

Lógicamente, uno de los activos más afectados son los fondos monetarios y los de renta fija ultra corto plazo, que ven como su abanico de instrumentos válidos cada vez es menor y que su gestión, tradicionalmente pasiva, no llega a cubrir, en muchos casos, sus costes de gestión.

Ante esta situación, los caminos del inversor conservador se bifurcan entre elegir incrementar su perfil de riesgo hacia inversiones más agresivas, algo que como sabemos no suele terminar bien o, por el contrario, optar por aquellos productos que se han caracterizado por una gestión activa, incluso en los perfiles más conservadores.

En un escenario de tipos cero y/o negativos, el trabajo del gestor de los productos conservadores se complica enormemente y obliga a abandonar la gestión pasiva que tradicionalmente ha acompañado a este tipo de productos. La necesidad de utilizar todos los medios al alcance, de buscar alternativas rentables y de proteger las carteras ante la volatilidad deben ser características fundamentales en la gestión de este tipo de productos.

Y todo ello se puede hacer sin alterar sensiblemente el perfil de riesgo de la cartera. A modo de ejemplo, Gesconsult Corto Plazo obtiene en 2016 una rentabilidad de 0.46%(0.95% anualizada en los últimos tres años), su volatilidad es de 0.392% (Vs 0.297% en los últimos tres años) y su perfil medio de crédito es BBB.

No es casualidad que los fondos que están empleando este tipo de gestión sean los más destacados este año, como tampoco lo es que sean los que mejores rendimientos ofrecen en el largo plazo. Una vez más, la gestión activa se muestra como una necesidad en un mundo cambiante y cada vez más incierto.

Crisis económica a la italiana vol.2

Diario
Crisis económica a la italiana vol.2

Las acciones del banco italiano Monte dei Paschi di Siena (BMPS), el banco más antiguo del mundo, llegaron a caer hasta un 25% desde que su CEO, Fabrizio Viola -que se unió al banco en 2012 para revertir la mala situación económica que atravesaba la entidad-, dimitiese el 8 de septiembre de 2016.

Los bancos, en el punto de mira de la crisis económica

Como ya comentamos en nuestro artículo “Crisis económica italiana”, los bancos italianos están en la cuerda floja debido a los problemas estructurales y políticos a los que se enfrentan.

En concreto, el Banco Monte dei Paschi di Siena necesita “levantar” 5.000 millones de euros de sus inversores para ayudar a cubrir el agujero en sus finanzas que le han provocado los préstamos que no le van a ser devueltos. El mayor problema que tiene es que quiere “levantar” unas 10 veces el tamaño actual de sus acciones, lo que genera cierta reticencia entre los inversores. Por no hablar que esa cantidad podría llegar a no ser suficiente para rescatar al banco ya que podría tener más “préstamos malos” ocultos.

¿Qué podría pasar?

Aquellos inversores que han dejado dinero al BMPS a través de bonos podrían tomar el control del banco por impagos. Si BMPS no puede “levantar” esos 5.000 millones de inversores, puede que a los bonistas se les cambie el bono por activos de la compañía. Pese a que los tenedores de bonos preferirían recuperar su dinero.

No solo el Banco Monte dei Paschi di Siena tiene problemas con los “préstamos malos”. Varios bancos italianos necesitan más dinero para cubrir esos préstamos. Los inversores, por otro lado, no parece que tengan muchas ganas de prestárselo (de momento, al menos).

Puede que el Gobierno italiano tenga que tomar medidas y ser el que provea a los bancos de esos fondos. Esta opción conlleva varios obstáculos políticos que no serían fáciles de superar.

El resumen es que a corto plazo hay mucha inestabilidad y, cuando a bancos se refiere, es sencillo que esas preocupaciones traspasen fronteras.

Inmobiliario cotizado: diversificación y calidad

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El inmobiliario cotizado ha vivido recientemente un cambio importante que abre grandes oportunidades, al ser considerado por primera vez como uno de los sectores categorizados por Global Industry Classification Standard (GICS) y dejar de pertenecer al sector financiero. Este cambio en la categorización responde a la creciente importancia del inmobiliario cotizado en los mercados de valores mundiales y refuerza nuestra visión de que este segmento es la parte más atractiva dentro del universo del sector inmobiliario.

Aunque no creemos que este cambio vaya a suponer una revolución, mejorará la liquidez y generará ideas nuevas para los inversores convencionales, dará más visibilidad al inmobiliario cotizado y contribuirá a atraer más flujos de capital hacia este tipo de activos. Este sector posee una serie de cualidades que lo hacen atractivo de cara a los inversores, ya que cuenta con rendimientos competitivos en comparación con los productos tradicionales de renta fija, las previsiones de resultados para las compañías del sector son optimistas gracias a la mejora de las condiciones de financiación, ofrece una buena rentabilidad por dividendo y presenta valoraciones atractivas.

Para los inversores que estén interesados en sacar partido de las oportunidades que presenta este sector, Degroof Petercam AM cuenta con el fondo Petercam Securities Real Estate Europe, que invierte fundamentalmente en acciones de sociedades de inversión inmobiliaria (REITs) que cotizan en las bolsas europeas, empleando una estrategia activa. El fondo, calificado con cinco estrellas por Morningstar, acumula una rentabilidad del 4,72% hasta el 31 de agosto, superando al índice de referencia. El año pasado la rentabilidad fue del 19,88%, frente al 16,02% del índice.

El actual entorno de bajos tipos de interés ha favorecido una disminución de los costes de financiación, algo positivo tanto para las cuentas de resultados de las compañías como para su capacidad para pagar e incrementar los dividendos que ofrecen a los accionistas. Las cotizadas de este sector presentan una mayor calidad en sus activos, superando en rentabilidad a la inversión inmobiliaria directa. Otra de sus ventajas es que permite invertir en activos de alta calidad sin enfrentarse a los inconvenientes que presenta la inversión directa en activos inmobiliarios.

El inmobiliario cotizado ofrece a los inversores una combinación de beneficios estables, altos dividendos y flujos de caja consistentes. Las compañías inmobiliarias que cotizan en bolsa presentan rendimientos positivos, además de contribuir a la diversificación de las carteras, compuestas en su mayoría por renta variable y bonos. Además, permiten encontrar oportunidades en distintos subsectores, como son retail, oficinas, residencial, logística, etc.

Damien Marichal, gestor de Degroof Petercam AM

Damien Marichal